A la atención de Ricardo Doehner, director ejecutivo de Campofrío Food Group;
Me sumo a la campaña de Igualdad Animal #FakeCampofrio en respuesta a su anuncio de Navidad “Fake Me”. Me parece muy necesario combatir la publicidad engañosa, ya que el acceso a la información veraz y contrastada es un derecho que tenemos los ciudadanos y consumidores.
Precisamente por ello creo que si realmente quieren combatir esa lacra que se extiende como un virus en nuestra sociedad, Igualdad Animal y periodistas el acceso para grabar en sus mataderos y se muestre al público. Resulta llamativo que nunca hayan mostrado el sacrificio de los animales en sus anuncios y publicidad, algo que imagino no tendrán motivos para ocultar.
La industria porcina está ocasionando un grave daño medioambiental y de maltrato animal. Un negocio basado en las macroexplotaciones, donde millones de animales son hacinados en condiciones inhumanas, bajo una premisa perversa: obtener el máximo beneficio al mínimo coste.
Y esta es la verdad, aunque duela: que su modelo de negocio está destruyendo el planeta y convirtiendo la vida de los animales en un infierno.
Investigadores de Igualdad Animal hace años documentaron una granja en Burgos que suministraba a Campofrío, precisamente para responder a una campaña publicitaria suya en la que ridiculizaban a los vegetarianos. Esto es lo que allí encontraron: hacinamiento, animales con tumores, canibalismo…
Pero los tiempos han cambiado, y no vamos a permanecer de brazos cruzados mientras nos bombardean con su publicidad vendiéndonos valores que son opuestos a la realidad de su negocio.
Atentamente, reciba un cordial saludo;