

3 razones por las que la leche también cuesta vidas
Muchas personas dejan de consumir carne por compasión hacia los animales. Es un paso poderoso hacia un mundo más respetuoso con ellos. Sin embargo, muchas veces se desconoce que la industria láctea también termina en el matadero. No es una comparación: es una conexión directa.
A continuación, te presentamos 3 hechos que revelan la realidad detrás de la producción de leche y su vínculo con la muerte de vacas y terneros. Porque cuanto más sabemos, más poder tenemos para actuar en favor de un mundo más justo para todos los animales.
1. Las vacas de la industria láctea también son enviadas al matadero
Las vacas que producen leche no son una excepción en el ciclo de explotación animal. Después de varios años de embarazos forzados y una producción de leche antinatural que agota sus cuerpos, dejan de ser rentables para la industria.
En ese momento, son enviadas al matadero y convertidas en carne y cuero. Este hecho suele pasar desapercibido, ya que muchas personas asocian la carne con muerte, pero no la leche. Sin embargo, ambas industrias están unidas por el mismo final.
2. Miles de vacas embarazadas son matadas cada año
Uno de los aspectos menos conocidos de la industria láctea es que muchas vacas son enviadas al matadero mientras están gestando, incluso en etapas avanzadas de embarazo.
En España, se matan más de 24.000 vacas preñadas cada año. Muchas de ellas están tan avanzadas en la gestación que los terneros continúan vivos por varios minutos después del sacrificio de la madre. Este dato revela el fuerte impacto oculto detrás de productos como los lácteos que parecen inofensivos o tener un impacto menor en los animales.
Y lo más relevante: aproximadamente el 90% de estas vacas gestantes provienen de la industria láctea.
3. Los terneros machos nacidos en la industria láctea son enviados al matadero
Los terneros machos no pueden producir leche, y por eso, la industria no los considera rentables. Esta realidad los condena desde el momento en que nacen. En España, se estima que más de 440.000 terneros son enviados al matadero cada año.
Separados de sus madres en sus primeras 24 o 48 horas de vida, su corta existencia es una consecuencia directa del consumo de leche. A menudo, se cree que evitar la carne es suficiente. Pero el ciclo de explotación comienza mucho antes y termina igual: con una vida arrebatada.
Elegir alternativas a los lácteos es un acto de compasión y cambio real
La buena noticia es que hoy contamos con una amplia variedad de leches vegetales que están al alcance de todos y cada vez más presentes en supermercados, cafeterías y hogares. Desde las clásicas leches de almendra, soja, avena o arroz, hasta opciones como la leche de anacardo, avellana o coco, la diversidad de bebidas vegetales permite adaptarse a todos los gustos y necesidades.
Además, estas alternativas no solo son deliciosas y nutritivas, sino que ofrecen una forma concreta de reducir el sufrimiento y la explotación de vacas y terneros. Cada vez que elegimos una bebida vegetal en lugar de leche de vaca, estamos enviando un mensaje poderoso a la industria: que queremos un mundo más compasivo y justo para todos los animales.
Pero no solo las leches vegetales son una opción. También existe un universo creciente de productos veganos alternativos a los lácteos tradicionales: quesos, yogures, helados y cremas elaborados a base de ingredientes vegetales, que son perfectos para quienes quieren disfrutar de sabores y texturas similares sin que ningún animal tenga que sufrir.
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Si quieres comenzar a probar estas opciones y experimentar en tu cocina, te invitamos a descubrir este recetario especial de quesos veganos: Mis primeros quesos veganos. En él encontrarás recetas fáciles y deliciosas para preparar tus propios quesos a base de frutos secos y otros ingredientes vegetales. Es una herramienta fantástica para quienes buscan alternativas sabrosas, saludables y libres de crueldad.
Con cada elección diaria —al llenar el carrito, al pedir un café o al cocinar en casa— tenemos el poder de cambiar el destino de millones de vacas y terneros y, a la vez, abrirnos la puerta a nuevas experiencias culinarias llenas de sabor y creatividad.
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