Las vacas lecheras no existen
Aunque parezca mentira, hay muchas personas que creen que las vacas dan leche porque sí, las mal llamadas “vacas lecheras”.
Esta creencia se debe a décadas de publicidad que nos han hecho creer una ficción que en nada se parece a la realidad.
En todo el mundo, miles de millones de vacas son criadas y matadas cada año por la industria láctea. Y si todas ellas pueden producir leche se debe a un solo motivo: Todas las vacas explotadas por su leche dentro la industria láctea son madres. Al igual que los humanos, una vaca sólo produce leche para su cría.
Las vacas madres dentro de la industria láctea
Una vez que se queda embarazada, lleva a su bebé en su vientre durante nueve meses antes de dar a luz. Sin embargo, en las granjas lecheras, la leche que produce no se le da a la cría, sino que se embotella para el consumo humano.
Se separa a la cría de ella -a menudo a las pocas horas o días de nacer- y la reemplaza una máquina de ordeño que se acopla a sus pezones.
Este proceso dura tres meses hasta que se la vuelve a inseminar artificialmente para mantener un rendimiento anormalmente alto de producción de leche.
Las vacas utilizadas por su leche en la industria láctea mugen durante días tras ser separadas de sus crías al nacer.
Este ciclo cruel y abusivo se repite una media de tres o cuatro veces hasta que la vaca – agotada por los repetidos embarazos, partos y la producción antinatural de leche – se vende y es sacrificada para obtener carne barata.
La separación de las vacas y los terneros es extremadamente angustiosa tanto para la madre como para su bebé.
Durante muchas de nuestras investigaciones, hemos visto a vacas madre y sus terneros recién nacidos llamándose desesperadamente durante horas o buscándose en vano.
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Las vacas son madres, no máquinas de producir leche
Las vacas son madres cariñosas que se preocupan por sus hijos y los cuidan y protegen como cualquier madre.
Cuando una vaca es separada de su ternero dentro de la industria láctea sufre desconsoladamente.
Las vacas pueden ser tan empáticas que el resto del grupo de vacas que está en la granja se acerca a la madre que sufre y la rodea para arroparla con sus cuerpos y acompañarla en su dolor.
Las vacas lecheras no existen, son un invento de la industria que se lucra con su sufrimiento.
Lo que sí existen dentro de sus granjas de sufrimiento son madres que son separadas de sus crías, maltratadas y explotadas hasta que las desechan cuando ya no producen suficiente leche.
Al igual que las madres humanas, las madres de otras especies se preocupan por sus hijos, son capaces de tomar sus propias decisiones, de amamantar a sus bebés y de mostrar amor hacia ellos.
Pero los animales en granjas no tienen la libertad de decidir nada sobre sus propias vidas o las de sus crías. La industria toma estas decisiones por ellos, separándolos, mutilándolos y causándoles un inmenso sufrimiento.
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