Los peces sienten y son los animales más incomprendidos y olvidados
No existe en el planeta un animal más consumido y a la vez más ignorado que los peces. Y, a pesar de la alta demanda de su carne, paradójicamente tampoco existen leyes de bienestar animal que regulen su crianza en piscifactorías y su pesca en mares y océanos. Podríamos decir que, literalmente, no existe ley alguna que los proteja del maltrato y la crueldad. Y, muy a pesar de esto, pocas personas saben que los peces son animales dotados de gran inteligencia y sensibilidad. En palabras del doctor Donald Brown, profesor de bienestar animal en la Universidad de Cambridge: «La literatura científica es bastante clara. Anatómicamente, fisiológicamente y biológicamente, el sistema de dolor en los peces es prácticamente el mismo que en aves y mamíferos … en términos de bienestar animal, hay que poner la pesca en la misma categoría que la caza».
La pesca industrial captura globalmente cada año a un número de peces equivalente a la población humana de 142 planetas Tierra y 120.000 millones de peces más son criados en piscifactorías. Ante esto, no podría extrañarnos el hecho de que desde 1970 las poblaciones marinas han disminuido casi un 50% y las poblaciones de algunas especies hasta un alarmante 75%. La mayoría de los consumidores conoce tan poco sobre la inteligencia y sensibilidad de estos increíbles animales como de las crueles prácticas de la pesca industrial. La industria somete a los peores abusos (electrocución, asfixia y golpes son solo algunos de ellos) a animales que son capaces de memorizar rutas de miles de kilómetros, utilizar herramientas para proporcionarse alimentos y reconocer más de 100 individuos diferentes durante meses. Y todas estas son solo algunas de sus asombrosas capacidades.
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Muchos de nosotros somos conscientes del sufrimiento al que la industria ganadera somete a pollos, vacas, gallinas y cerdos, pero, lamentablemente, solemos olvidarnos de los peces que sufren terribles muertes en el mar o que viven hacinados en piscifactorías. Es solo conociendo más sobre su mundo emocional que podremos derribar nuestros prejuicios y tener una idea más justa de lo que padecen de estos maravillosos animales.