Decenas de animales mueren en una tienda de Barcelona
Decenas de animales no humanos, entre ellos, gatos, conejos, erizos, serpientes y peces, que se encontraban retenidos en jaulas o “acuarios” esperando ser vendidas/os, han aparecido hoy muertos en una tienda de Barcelona.Decenas de animales no humanos, entre ellos, gatos, conejos, erizos, serpientes y peces, que se encontraban retenidos en jaulas o “acuarios” esperando ser vendidas/os, han aparecido hoy muertos en una tienda de Barcelona. “Era sospechoso que la tienda llevara semanas sin abrir”, relata Josefa una vecina del Clot (Catalunya), en relación a Quatre Potes, un “comercio” que durante semanas estuvo cerrado y en el que mientras tanto y en el interior agonizaban decenas de animales no humanos que acabaron muriendo de inanición. Los Mossos d’Esquadra sólo pudieron rescatar con vida una gata, una tortuga y un conejo, el resto murieron tanto debido a dejadez de las/os propietarias/os de dicho negocio (actualmente en busca y captura) como a la falta de rapidez y actuación de los mossos de escuadra y la justicia, ya que fue necesario cumplir varios trámites legales antes de que la policía autonómica pudiera acceder al interior del establecimiento, donde se hallaron las decenas de animales muertos. La ordenanza municipal: A pesar de que existe una ordenanza sobre protección, tenencia y venta de animales en Barcelona, la cual prohíbe que una “tienda de animales” exhiba a los mismos, visibles desde el exterior, una vez cerrada y obliga a los locales a “disponer de sistemas de aireación natural o artificial, iluminación suficiente (festivos incluidos) y medidas de insonorización y control ambiental de plagas”, la normativa de ninguna forma es justa para con los intereses de los demás animales. Los animales no humanos son abandonados, maltratados y situaciones como la ocurrida hoy se repiten precisamente porque existen lugares donde se les vende considerándoles así productos de los que disfrutar, intercambiables por dinero. Es decir, porque existe una clara desconsideración hacia sus intereses -especismo-, una injusticia que no debe ser regulada por ordenanzas municipales, sino abolida.