Desastre Ecológico de BP en el Golfo de México acaba con la vida marina
Aves, peces, algas y plantas marinas son las víctimas de la fuga de petróleo en el Golfo de México que coménzo el pasado 22 de abril. Cientos han muerto y otros intentan sobrevivir con el peso del crudo en sus delicados cuerpos.
El desastre producido por el derrame de petróleo provocado por el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, propiedad de la compañía British Petroleum (BP) supera las dimensiones de la imaginación humana.
Cientos de pelícanos han muerto en las costas de Luisiana con la llegada del petróleo. Delfines y tortugas marinas fallecen en un intento por escapar de la marea negra que se incrusta en sus órganos respiratorios.
La película de petróleo en la superficie del mar impide el paso del oxígeno para que las especies marinas como las algas y las plantas puedan respirar y reproducirse. Las aves al entrar en contacto con el líquido pierden la capacidad de vuelo. Organismos de protección del ecosistema advirtieron que hasta el momento han aparecido 316 ejemplares de animales sin vida en los estados de Luisiana, Alabama y Florida, en Estados Unidos.
Por su parte, los peces no se salvan de esta catástrofe. Las bacterias del petróleo consumen el oxígeno de los peces de profundidades como el mero, el atún de aleta azul, el pargo colorado y los más vulnerables, entre ellos, los moluscos, mejillones, ostras y almejas.
Lama McKay testificó ante el Comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes, asegurando que este país necesita el crudo que se extrae de allí y que mantener la economía, el estilo de vida y la seguridad en EE UU “depende significativamente de la producción de petróleo y gas doméstico”.
Como siempre, los animales son los más perjudicados y los que menos preocupación suscitan a los responsables que han provocado la catástrofe, que intentan desviar la atención haciendo hincapié en la economía y en la necesidad del petróleo vertido.