Cerdos, cerdos y más cerdos
La feria de Sant Tomàs llenó las calles de Sineu de visitantes ávidos de carne de matanzas. La feria de Sineu huele a carne. Entre sobrasadas, lechonas, panadas y guisos, en ningún rincón del centro del pueblo emanaba otro olor. Y todo con un denominador común: el cerdo.
En un mundo en el que el valor de la vida de un animal no humano sólo se comprende en términos económicos, es normal encontrar “ferias” o “atracciones turísticas” de este tipo. En ellas, seres con la misma capacidad para sentir que cualquier ser humano, son expuestos como mercancía lista para satisfacer el paladar de quien pueda pagar su precio de venta. Generación tras generación se nos enseña que los cerdos son animales “que han nacido para servirnos como comida”, como si sus vidas no tuvieran otra finalidad en sí misma que la de satisfacer las necesidades humanas. Aprendemos el método de matanza, aprendemos recetas… pero poca es la información que se nos facilita sobre cómo son los cerdos, qué intereses tienen y qué los caracteriza. Desconocer a las víctimas de nuestro consumo impide que surja la empatía suficiente para llegar a comprender que la vida de cualquier animal merece respeto. Desde Igualdad Animal te invitamos a que conozcas a las víctimas de la explotación animal, a que hagas un ejercicio de reflexión sobre el daño que nuestros hábitos suponen para otros individuos. Podemos dejar de contribuir a todo este sufrimiento, visitando Love Veg