Los peces son capaces de sentir emociones
Durante mucho tiempo se ha pensado en los peces como animales desprovistos de sentimientos y sensibilidad. Allí, en las profundidades de un medio que no es el nuestro, permanecen olvidados, incluso por quienes rechazamos el maltrato hacia los animales. Todos sabemos que los peces existen, pero en cuanto a su maltrato, no les ponemos en la misma categoría que a vacas, cerdos u otros animales.
La pesca industrial es responsable del mayor número de muertes de animales en el planeta y las piscifactorías los someten a una crueldad extrema. Además, no existe ley alguna que proteja a los peces, y por eso su sufrimiento es inimaginable. Y sí, los peces sienten y sufren las más dolorosas de las muertes.
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Diversos estudios científicos han arrojado luces a favor de estos sensibles e inteligentes animales. El más reciente, publicado en Scientific Sports, reveló que investigadores portugueses demostraron por primera vez que los peces tienen estados emocionales desencadenados por la forma en que perciben los estímulos ambientales.
El equipo dirigido por Rui Oliveira, investigador de la Universidad de Algarve, entre otras, evaluó que esto no sería tarea fácil. La razón era que a diferencia de los humanos que sienten conscientemente y verbalizan las emociones, no creían que existiese una forma de comprobar si los animales sienten emociones. Pero debido a que un estado emocional es más que un sentimiento, realizaron pruebas que permitieron deducir si la respuesta a un determinado estímulo estaba asociada con un estado emocional.
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Los investigadores sometieron a besugos a condiciones que podrían desencadenar en un estado emocional. Los peces respondieron de manera diferente al mismo estímulo según la forma en que eran evaluados. Se evaluó la interacción y conductas de escape entre los peces además de sus niveles de cortisol (hormona del estrés) y las áreas del cerebro asociadas con estados emocionales positivos y negativos.
«Es la primera vez que se demuestra que los peces pueden activar respuestas fisiológicas y neuromoleculares en el sistema nervioso central como respuesta a estímulos emocionales basados en el significado que tiene para el pez», afirmó Rui Oliveira. Y también explicó que la capacidad de evaluar los estímulos emocionales en los peces puede tener una base neurológica más simple de la esperada y que pudo haber evolucionado hace 375 millones de años.