Los residuos plásticos ponen en peligro la vida de los animales
En cada kilómetro cuadrado de agua salada hay alrededor de 18.000 restos de plásticos flotando, advierte Naciones Unidas a través de su Programa para el Medio Ambiente (PNUMA). Desechos que actualmente representan entre el 60% y el 80% de todos los residuos -6,4 millones de toneladas al año- que van a parar a mares y ríos del planeta. Incluso más. Al este de Indonesia, una zona altamente poblada, la basura de plástico cubre hasta un 90% de la costa y la línea de playa.
En algunos casos los residuos plásticos atraviesan el intestino de los animales sin hacerles demasiado daño. Otras veces resulta fatal: los trozos de basura obstruyen su garganta o el tracto digestivo causando la muerte por inanición o malnutrición. La basura se puede acumular en la tripa y dar la falsa sensación de saciedad. El animal deja de comer y fallece lentamente de hambre.
Si el Pacífico norte concentra la mayor cantidad de plásticos flotantes del planeta, la mayor siembra de residuos plásticos sumergidos del mundo se halla en los fondos del Mediterráneo, entre las costas de España, Francia e Italia. El 75% de las tortugas bobas analizadas contenían restos de PVC en su estómago. No son las únicas. El 60,5% de las tortugas del sur de Brasil y el 56% de las de Florida (EEUU) habían ingerido esta basura. Tras el Mediterráneo, los mares con los fondos más contaminados son el Caribe (600 piezas de plástico por kilómetro cuadrado); Indonesia (unas 580 piezas) y el mar de Irlanda, con 230.
En España, cuyas costas reciben con frecuencia cetáceos que expiran varados en las playas, muchos de ellos con el estómago lleno de botellas de PVC, latas y hasta restos de juguetes, todavía son pocos los ciudadanos conscientes de su responsabilidad. De hecho, es el cuarto país de la UE -por detrás de Alemania, Francia e Italia- donde más bolsas de plástico se utilizan: 10.500 millones al año, 238 por cabeza. Y apenas se recicla un 10%, un coste ecológico incalculable.
SIN CONCIENCIA
Una sola bolsa de plástico tarda 150 años en comenzar a degradarse. Algunas pueden permanecer intactas durante cuatro siglos. Un ejemplo del daño que pueden llegar a causar ocurrió en la costa francesa en 2004. Aquel verano un cachalote fue encontrado muerto tras engullir una caja de plástico. Le había taponado el aparato digestivo. En el embalaje figuraba el nombre de un supermercado español.
Siguiendo los pasos de Modbury, localidad situada al suroeste de Inglaterra, que el pasado mes de julio fue visitada por Crónica tras convertirse en el primer lugar de Europa libre de bolsas de plástico, el Ministerio de Medio Ambiente español ha puesto 2015 como fecha para acabar con la utilización masiva de estos embalajes. Para entonces, las bolsas tendrán que ser biodegradables en un 70%. La candidata a sustituirlas es la fécula de la patata. Antes, en 2010, Francia e Italia adoptarán una medida similar.
Se estima que el 80% de la basura plástica marina procede de tierra firme, y que el 20% restante se arroja desde las embarcaciones. Se ha encontrado plástico incluso en aguas polares. Da igual que sean frías o templadas. Del Atlántico o del Pacífico. Todas las aguas llevan la firma del hombre. Una huella derivada del petróleo. Un descalabro.
En España… Los records de consumo de plástico se han producido en 2005 y 2006, con un total de 6.005.000 millones de toneladas y 5.991.000, respectivamente, según la patronal del sector. En 2015, las bolsas serán biodegradables en un 70%. Una empresa de Zaragoza, Utebo, ya las está fabricando a partir del almidón de la patata.
… Y en otros países. En Alemania muchas tiendas ofrecen bolsas reutilizables gratis. En Holanda los supermercados cobran en torno a 2,60 euros. El 40% de las bolsas de plástico se reciclan. En Australia, minoristas y políticos han lanzado la campaña “Di no a las bolsas de plástico”. En Kenia están prohibidas desde 2007.
DELFINES ATRAGANTADOS
Los delfines son los más afectados por los residuos plásticos arrojados al mar. Cada vez es más frecuente verles agonizando en la playa atragantados con una bolsa. Otras 33 especies submarinas están amenazadas. Según datos de la ONU, se calcula que en cada kilómetro cuadrado hay unos 18.000 restos flotando. El 80% procede de tierra firme y el resto fue tirado desde los barcos. El mar más contaminado es el Mediterráneo.
FELINOS MUERTOS DE HAMBRE
Plásticos por tierra, mar y aire. Ni los felinos de las selvas se libran de su acecho. Los ríos son usados como vertedero de las grandes ciudades y sus riberas quedan jalonadas de desechos hasta la desembocadura. A veces, la bolsa se queda atrapada en la garganta del animal, quien deja de comer y muere lentamente. Tortugas, focas, pingüinos y serpientes se ven especialmente afectados por esta contaminación llegada con el agua.
LA BOLSA O LA VIDA
La tercera parte de las aves marinas ingiere plásticos de manera selectiva, según el color. Muchas mueren ahogadas. El drama aumenta cuando alimentan a sus hijos con tapones de plástico, por ejemplo. Los que no mueren asfixiados, pierden peso paulatinamente y no se desarrollan bien.
Fuente: El Mundo