Debate histórico en el Congreso: hacia el fin de la alimentación forzada
Es la primera vez que este tema llega al Congreso de los Diputados. El hecho de que el sufrimiento de estos animales se discuta en sede parlamentaria supone un avance sin precedentes: el reconocimiento de que la sociedad española demanda una respuesta política y legal ante una de las prácticas más crueles de la industria alimentaria.
Hasta ahora, el sufrimiento de patos y ocas había sido invisibilizado en la agenda institucional, pese a las evidencias científicas, jurídicas y sociales. El debate abre una puerta a la esperanza y a la posibilidad real de cambio.
Qué plantea la PNL
La propuesta insta al Gobierno a abrir una consulta pública para evaluar la compatibilidad de la alimentación forzada con la ciencia, el marco legal y la sensibilidad ciudadana, con el objetivo de culminar en su prohibición.
Además, reclama a la Unión Europea revisar las normas de comercialización que obligan a alcanzar pesos mínimos de los hígados para producir foie gras, requisitos que en la práctica imponen la alimentación forzada. La medida no plantea ningún cierre inmediato, sino una transición ordenada hacia métodos alternativos que ponga fin a la alimentación forzada.
Una práctica cruel e incompatible con la ciencia
Cada año, alrededor de un millón de patos y ocas en España son sometidos a alimentación forzada. Durante sus últimas semanas de vida, se les introduce un tubo metálico por la garganta para obligarles a ingerir hasta dos kilos de pasta de maíz al día. Sus hígados aumentan hasta diez veces su tamaño normal, desarrollando esteatosis hepática, una enfermedad grave que causa dolor, dificultad respiratoria y sufrimiento extremo.
El Comité Científico de la Comisión Europea ya concluyó en 1998 que la alimentación forzada es perjudicial para las aves, y la FAO señaló en 2002 que no debía tolerarse. Asociaciones veterinarias y estudios recientes refuerzan este diagnóstico, desmontando el argumento de la industria de que se trata de un proceso “natural”. En realidad, el foie gras se obtiene de animales enfermos.
Las investigaciones de Igualdad Animal han documentado el sufrimiento que se oculta tras este producto: patos con problemas respiratorios, animales debilitados sin atención veterinaria, aves muertas a causa del proceso. Imágenes que muestran sin ambigüedad que la alimentación forzada es una de las prácticas más crueles toleradas aún en Europa.

Marco legal y precedentes
El derecho ya está del lado de los animales. La legislación europea (Directiva 98/58/CE) establece que “ningún animal de granja debe recibir alimentos que puedan causar sufrimiento o daños innecesarios”, lo que choca frontalmente con la alimentación forzada.
En España, la Ley 32/2007 refuerza esta protección. De hecho, ya existe en España un mandato legal para actuar: el Real Decreto 637/2021, de 27 de julio, sobre las normas básicas de ordenación de las granjas avícolas, obliga al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a elaborar una norma sobre el bienestar de patos y ocas en explotaciones de foie gras. Esta disposición remite directamente a las recomendaciones del Consejo de Europa para hacerlas vinculantes, que prohíben los métodos de alimentación que causen daños a los animales. Por tanto, la consulta pública que plantea la PNL no es opcional, sino una obligación legal pendiente de cumplir.
Asimismo, la reciente sentencia del Tribunal Supremo (STS 298/2025) ha reconocido la sintiencia de patos y ocas en explotaciones ganaderas. Este fallo sienta un precedente jurídico histórico al declarar que no son meros bienes de producción, sino seres vivos capaces de sentir. La coherencia entre la legislación, la ciencia y la ética exige ya una prohibición.
España, a contracorriente
España es uno de los últimos cinco países europeos que todavía permite la alimentación forzada, junto con Francia, Hungría, Bulgaria y la región de Valonia en Bélgica.
El resto de países de la UE ya la han abandonado, y fuera de Europa también la han prohibido en muchos países. En 2014, India incluso prohibió la importación de foie gras. El 1 de julio de 2025 ha entrado en vigor en Suiza, un país que ya prohibió su producción, una normativa que obliga a etiquetar el foie gras importado producido con alimentación forzada como “procedimiento doloroso para los animales”.
Nuestro país se sitúa, por tanto, a contracorriente de la tendencia internacional y del sentir ciudadano.
Más de 100.000 personas firmaron en octubre de 2024 una petición entregada en el Congreso para exigir el fin de la alimentación forzada. Los últimos Eurobarómetros muestran que más del 90 % de la ciudadanía quiere que la ganadería cumpla estándares éticos y de bienestar animal.
Inspecciones ineficaces
En respuesta a una pregunta parlamentaria, el Gobierno reconoció en 2024 que no tenía previsto adoptar medidas legislativas contra la alimentación forzada, limitándose a la vigilancia del sector. Sin embargo, los datos oficiales revelan que apenas se inspeccionan unas pocas granjas al año.
A este ritmo, cada explotación podría ser revisada solo una vez cada cuatro décadas. Es evidente que los controles son ineficaces: una práctica intrínsecamente cruel no se corrige con inspecciones, sino con su prohibición.
Una oportunidad histórica
La aprobación de esta PNL permitiría a España dar un paso firme hacia la modernización del sector y hacia un modelo ganadero más responsable. La PNL es plenamente compatible con el marco europeo, responde a un mandato legal español pendiente y refuerza la posición de España en el debate comunitario. Es una medida proporcionada, técnicamente fundamentada y socialmente respaldada.
El momento de elegir
El Congreso de los Diputados afronta un momento decisivo. Por primera vez en la historia, el sufrimiento de patos y ocas por la alimentación forzada será debatido en sede parlamentaria. Es el momento de decidir si España sigue siendo uno de los últimos reductos de esta crueldad o si se convierte en un país que escucha a la ciencia, cumple la ley y responde a la sensibilidad ética de la ciudadanía.
Un final necesario
Cada año, cerca de un millón de animales padecen y mueren para producir foie gras en España. Son seres sintientes, reconocidos por la ley y por la ciencia, que viven sus últimos días entre dolor y enfermedad. Frente a ellos, hoy tenemos la oportunidad de actuar.
Apoyar esta PNL no es solo una cuestión técnica o legal: es una cuestión de justicia, de coherencia y de humanidad. Ha llegado la hora de poner fin a una práctica cruel que no tiene cabida en una sociedad que avanza hacia un futuro más compasivo.
En este debate histórico, pedimos a los diputados y diputadas que se sitúen del lado del progreso y del bienestar animal. Que España dé un paso adelante y escriba una página digna en la historia de nuestro país. Porque cada pato y cada oca sometida a la alimentación forzada necesita que su sufrimiento no quede en silencio.
Ha llegado el momento de poner fin a la alimentación forzada.

PROTEGE A LAS FAMILIAS
Incluso antes de salir de sus huevos, los patitos se comunican con sus familias. Protege a estas familias eligiendo alternativas vegetales.
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