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5 problemas de las granjas porcinas


La industria porcina ha convertido la vida de los cerdos en una existencia llena de privaciones y maltrato.

Siendo España el primer país productor de carne de cerdo de Europa y el tercero en el mundo, la industria de la carne de cerdo en nuestro país es muy poderosa y continúa expandiéndose a pesar del gran impacto negativo que provoca.

Para aumentar cada vez más su producción ha pasado de los métodos de explotación tradicionales a los intensivos, todo a costa del sufrimiento de los animales y de la contaminación de acuíferos. 

Pero estos son solo algunos de los problemas de la industria porcina, existen muchos más que afectan la vida de millones de cerdos a diario.

1.El auge de las macrogranjas  

En los últimos 15 años el número de macrogranjas en España se ha duplicado, las granjas pequeñas de cría de cerdos se redujeron en un 50% y las medianas en un 25%.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, actualmente existen en España 2.126 de estas granjas dedicadas a la cría de cerdos. Son centros de producción intensiva creados con el objetivo de producir mayor cantidad de carne y exportar a países como China. 

En estos lugares, que tienen un enorme impacto en el medioambiente por la alta emisión de gases de efecto invernadero y contaminación de aguas, la vida de los cerdos es miserable, llena de privaciones y maltratos. 

Cada macrogranja puede albergar a 7.200 cerdos y 2.880 cerdas que en un año dan a la luz a  77.000 lechones. Más de la mitad de las macrogranjas se encuentran situadas en las comunidades autónomas de Cataluña, Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Como consecuencia del auge de las macrogranjas, el número de cerdos criados en España para producir carne ha aumentado más de un 50% desde 2007. 

Pero el aumento en la producción no se debe a que en los últimos años el consumo de carne de cerdo se haya incrementado en España sino a que cada vez se exporta más (solo en 2020 un 20% más), siendo China uno de los principales compradores. 

Investigación de Igualdad Animal en granja intensiva de cerdos

2.Una vida miserable: hacinamiento, enfermedades, negligencia, maltrato

La industria porcina está altamente mecanizada y durante más de una década a través de nuestras investigaciones en granjas porcinas de España hemos podido comprobar el sufrimiento que infringe a los animales.

Al nacer, los cerditos son mutilados y obligados a vivir hacinados en naves de forma permanente sin ningún tipo de estímulo y entre sus propios desechos. Las cerdas madre son obligadas a permanecer durante la mayor parte de su vida en jaulas tan estrechas que no les permiten siquiera darse la vuelta o cuidar de sus hijos. 

Los cerdos heridos o enfermos son abandonados a morir de forma agónica sin recibir atención veterinaria, pese a que estas instalaciones son altamente rentables y reciben subvenciones de dinero público procedente de las Comunidades Autónomas y de la PAC.

3. Un desastre medioambiental 

Además de ser responsables del sufrimiento de millones de animales, el coste ambiental que suponen estás fábricas de carne para el país es altísimo. Como hemos documentado en nuestras investigaciones, la contaminación de las aguas es uno de los aspectos más graves.  

Una sola macrogranja con 7.200 cerdos puede generar hasta 15.480 metros cúbicos de purines que equivaldrían a llenar cerca de 4,6 piscinas olímpicas al año. Estos excrementos acaban filtrándose y contaminando las aguas. 

Esto ha provocado que en España el 22% de las aguas superficiales y el 23% de las subterráneas están contaminadas por nitratos, superando el nivel máximo permitido por la OMS de 50 mg/litro. 

De hecho, a finales de 2021, la Comisión Europea llevó a España ante el Tribunal de Justicia de la UE por no haber protegido sus aguas e instó a nuestro país a adoptar más medidas debido a la contaminación de los acuíferos provocada por las macrogranjas y las actividad ganadera.

Además, las macrogranjas emiten 96.158 toneladas de metano al año, lo que representa el 45% del total de las emisiones de metano de toda la ganadería porcina en España.

Pero también provocan un derroche de recursos como el agua, consumiendo el doble de litros que un pueblo de 400 habitantes [1].

4.En España se mutila a los cerdos, a pesar de estar prohibido en Europa

La industria porcina somete a los cerditos a procedimientos muy dolorosos en sus primeros días de vida. Les cortan la cola, los dientes y los castran sin utilizar anestesia. 

A pesar de que la prohibición de la Comisión Europea de cortar la cola de forma rutinaria se incluye ahora en la Directiva 120/2008/CE, en España la mutilación de las colas afecta al 98.5% de los cerditos [2]. 

Varias auditorías que hizo la Comisión Europea en nueve estados miembros de la UE entre  2017 y 2019 revelaron que al 99,5 y el 100% de los cerdos todavía se les corta la cola. Esto constituye una violación de las disposiciones específicas de la Directiva. 

Siendo el cuarto productor mundial de carne de cerdo, en España se sacrificaron solo en 2020 más de 56 millones de cerdos. 

Debido a las terribles condiciones de vida que soportan los cerdos en nuestro país, el 12% de los nacidos mueren en las granjas antes de ser enviados al matadero [3].

Un operario le corta la cola a un cerdito. Investigación de Igualdad Animal.

5. Las cerdas madres enjauladas

Las cerdas madre que utiliza la industria porcina en sus granjas de cría intensiva tienen un tiempo máximo de vida de entre 2 y 3 años, cuando en libertad sería de hasta 15 años.

La mayor parte este tiempo las mantienen encerradas en jaulas: en edad reproductiva pasan dos meses en grupos y dos meses y medio en jaulas (de gestación y de maternidad). Luego, el ciclo comienza de nuevo. 

Dentro de estas jaulas que son casi del tamaño de sus cuerpos no pueden caminar ni ni darse la vuelta.

Tras cada parto, permanecen inmovilizadas en las «jaulas de maternidad», una armazón de hierro que separa la cerda de las crías. Durante 4 semanas no podrán moverse, solo estar de pie o tumbadas.

Una vez que finaliza, este ciclo se repite hasta siete veces más, tiempo que la industria estima como vida «útil» para las cerdas reproductoras. Luego de esto son enviadas al matadero. 

Muchas de ellas no pueden caminar debido al estado en que el nivel de explotación deja sus cuerpos. Los operarios las patean y también les aplican descargas eléctricas para obligarlas a moverse y para que suban a los camiones que las llevarán al matadero y durante la matanza. 

Nuestra Campaña Stop Granjas Industriales

Estamos pidiendo al Gobierno que prohíba la castración y corte de dientes en cerdos sin anestesia y analgesia, y el corte de las colas de forma habitual.

Y también exigimos al gobierno que elabore una ruta para cumplir con el fin de las jaulas anunciado por la Comisión Europea para el 2027. 

Destapando las mentiras de la industria porcina

Durante los últimos años la Unión Europea ha invertido decenas de millones de euros en las campañas publicitarias de la industria cárnica. 

Este dinero corresponde a un plan de subvenciones de la UE para la Promoción de Productos Agrícolas por 200 millones de euros. Al menos 60 millones de ellos se han gastado solo para publicitar la carne en Europa. 

En Igualdad Animal seguimos trabajando para destapar las mentiras de la industria porcina. Consideramos que los consumidores tienen el derecho a conocer la verdad; las condiciones que los cerdos sufren en las granjas, así como los efectos devastadores que tiene esta industria en la salud y el medioambiente.


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FUENTES

1.La fábrica industrial de cerdos.

2. Auditoría para evitar el raboteo o corte de cola

3.Factores que afectan la tasa de mortalidad neonatal de los lechones


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