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¿Sabes cómo fue la vida del pollo del super?


Hasta hoy, en Igualdad Animal hemos hecho mucho por los pollos, los animales que más sufren en la tierra.

Soy Camilla, una investigadora de Igualdad Animal.

Lo que voy a contarte es la historia de uno de los muchos pollos de engorde de crecimiento rápido seleccionados para crecer mucho en muy poco tiempo.

Por lo general, nadie se preocupa por estos animales, pero sé que tú eres una persona diferente a otras, sé que a ti sí te interesa.

He intentado contar su historia identificándome con su vida y sus sentimientos.

Probablemente, mis palabras no podrán expresar realmente el sufrimiento de este pollo. Pero espero que consigan tocar la fibra de quienes no suelen pensar en animales como él.

No te preocupes, no va a ser muy largo: tan solo vivió 49 días. 

Nació en una incubadora, porque los pollos de su raza son estériles, y en las incubadoras no hay una madre que cuide de ellos.

Con sólo un día de vida, lo arrojaron descuidadamente a una cinta transportadora y luego a un camión que lo llevó a una nave, que sería “su casa” por el resto de su vida.

Abarrotada, ruidosa, perpetuamente iluminada con luz artificial, la nave era muy diferente al nido que podría haber imaginado.

En las primeras semanas, buscó consuelo en sus compañeros, pero la mayoría de ellos estaban heridos y llenos de quemaduras por la suciedad sobre la que vivían.

Después de tres semanas se dio cuenta de que había crecido mucho: pero en lugar de sentirse más fuerte, cada vez le costaba más moverse.

El pecho le crecía cada vez más, no podía mantener el equilibrio y se caía todo el tiempo, apenas podía levantarse. Era un esfuerzo increíble para él llegar al comedero y al agua.

En la granja, el suministro de comida y agua está automatizado y esto es, en muchos casos, la causa de la muerte de los pollos.

De hecho, a los pollos considerados demasiado pequeños para alcanzar el peso necesario para la venta los privan de agua y comida, con comederos y bebederos colocados a una altura que no pueden alcanzar.

Durante el tiempo que estuvo en la nave, pudo ver cómo algunos otros pollos morían de hambre, otros se desplomaban y no volvían a levantarse porque su corazón se paraba de repente. 

Empezaba a tener miedo de que a él también le pasara así.

Pero no podía imaginar que quizás hubiese preferido ese final…

Pasadas cuatro semanas pesaba 980 gramos: señal de que su final estaba cada vez más cerca.

Podría pensarse que el mayor obstáculo al que debía enfrentarse era su entorno, condenado como estaba a un rincón del tamaño de una hoja de papel en un espacio inhóspito, y soñaba con una vida fuera de la nave donde pudiera vagar por un suave prado y ser acariciado por el viento.

Pronto se dio cuenta con horror de que la verdadera prisión no era la granja, sino su cuerpo. 

Y de su cuerpo nunca pudo escapar.

En su séptima semana de vida, alcanzó el “peso ideal”: 2,670 kilos.

Y aunque tristemente su vida estaba llegando a su fin, era imposible para él seguir en ese estado. No podía aguantar más.

La última fase de su existencia fue la más angustiosa: los metieron en enormes camiones y soportaron un largo viaje hasta el matadero.

Una vez que llegaron, lo colgaron boca abajo, una posición que le impedía respirar con normalidad y le hacía daño en las patas.

Intentaron aturdirlo con una descarga eléctrica, pero fracasaron por completo.

Ni siquiera le permitieron el alivio de ser aturdido antes de ser cruelmente matado.

Así que se fue así: colgado de las patas y consciente de todo el sufrimiento que estaba viviendo.

Puede que la historia de este pollo no sea una aventura emocionante, pero es importante para nosotros y para todos los pollos criados en granjas que el mayor número de personas lo sepa.

Este pollo estaba condenado desde el principio, pero muchos de su especie en el futuro podrían librarse de este trágico destino.

Podría ocurrir gracias a ti: tienes el poder de hacer que este mundo sea un poco más compasivo. Espero que nos ayudes.

Hasta hoy, en Igualdad Animal hemos hecho mucho por los pollos, los animales que más sufren en la tierra. Hemos mostrado la realidad que viven en las granjas, una realidad hasta hoy desconocida.

Estamos decididos a llegar más lejos, a seguir avanzando para transformar esta realidad. 

Necesitamos tu ayuda hoy, para continuar denunciando y trabajando por cambios legislativos que transformen la realidad que viven hoy millones de pollos en las granjas.

Haz que sea posible con un donativo hoy.

Espero de verdad que te lleves su historia a un rincón de tu memoria.

Camilla


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