Varios estudios demuestran la inteligencia de los animales
Durante siglos, el ser humano se asumió como la única criatura racional en el planeta. Hoy existe creciente evidencia científica de que los animales no sólo poseen inteligencia, sino otras capacidades mentales. Apoyados en el estudio de numerosas especies, zoólogos, etólogos, psicólogos y otros especialistas no sólo han descubierto aspectos novedosos del comportamiento animal; a raíz de ello han propuesto incluso redefinir las teorías sobre la inteligencia animal. Las investigaciones recientes han determinado que el pensamiento abstracto es una capacidad que poseen individuos de especies como primates, aves y peces. Gerardo López Islas, catedrático de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, afirma que la inteligencia en cada especie e individuo es diferente y que, por tanto, cuando se evaluaba a los animales con metodologías diseñadas por y para el hombre, los resultados eran negativos. “Fue hasta que se tomó como base la conducta de cada especie que pudo demostrarse que la inteligencia animal sí existe y que le sirve para su propia supervivencia, no necesariamente para beneficio humano”. Para completar esta clase de medición, los científicos están evaluando indicadores relevantes como memorización, comprensión de símbolos, imitación de comportamientos, percepción, resolución de problemas y autoconciencia. Con ayuda de estas herramientas, se han hecho hallazgos inusitados acerca de la mentalidad de los animales. Uno de los ejemplos emblemáticos es el del loro gris africano Alex, muerto a los 31 años en 2007 y con el que experimentó la psicóloga Irene Pepperberg, de la Universidad de Harvard. Las aves como Alex imitan sonidos, pero él rebasó las expectativas: tras 30 años de aprendizaje en el laboratorio sabía usar (no sólo repetir) más de 100 palabras en inglés, distinguir formas, colores, texturas, tamaños e incluso expresar frustración o aparente aburrimiento. Y aunque el loro no mostró signos de poseer la lógica o capacidad de generalización que caracterizan a un niño, su habilidad cognitiva para incluso acuñar palabras como “ban-erry” (“plátano y cereza”, como llamaba a las manzanas) fue considerada un hito: “Este trabajo revolucionó la manera en que concebimos los cerebros de aves, comentó al respecto Diana Reiss, psicóloga del Hunter College, experta en delfines y elefantes. El término solía ser peyorativo, pero ahora observamos esos cerebros con cierto asombro”. Diana Reiss ha constatado que los elefantes asiáticos, además de las ya conocidas habilidades de memorización a largo plazo y vínculos sociales, poseen otra: reconocerse al verse a sí mismos ante un espejo, que se creía exclusiva de monos, delfines y humanos. Por su parte, los experimentos con primates no dejan de aportar nuevos conocimientos, pues estos grupos animales han mostrado facultades mentales y expresivas más allá de las ya bien documentadas para socializar, crear herramientas e innovar. El primatólogo Frans de Waal, de la Universidad Emory, encontró que consolar a un congénere en desgracia es un rasgo de “empatía” común en los grandes simios, aunque ausente en los monos. Asimismo, que los chimpancés tratan de solucionar hostilidades e impulsar reconciliaciones. El científico cree que tales acciones (diferentes a las relaciones personales) son ejecutadas en bien de la comunidad, no por afinidad individual. Fuente: El Universal NOTA: Igualdad Animal reivindica el respeto hacia los demás animales por el hecho de que son capaces de sentir. Esta capacidad es la única característica relevante para que un individuo sea considerado moralmente y respetado, dado que indica que se puede ver afectado por nuestros actos y tiene intereses propios. Asimismo, Igualdad Animal se opone a los experimentos realizados con animales. La publicación en esta página de datos obtenidos en experimentos con animales tiene un objetivo puramente informativo, sin que ello suponga un apoyo de Igualdad Animal a dichos experimentos.