Australia quiere matar a miles de canguros
Australia – Las autoridades de dicho país anunciaron hace unos días que quieren matar a más de 3.000 canguros en los alrededores de la capital Sydney, porque según ellos “los animales se están reproduciendo a tal ritmo que están destruyendo el hábitat herbáceo de especies en peligro de extinción”. El Departamento de Defensa quiere contratar a cazadores profesionales para que maten a los canguros en dos de sus propiedades en las afueras de Canberra, que tiene la mayor densidad poblacional de canguros en la región. El gobierno local de Canberra deberá decidir esta semana si aprueba la matanza, dijo la portavoz oficial Yersheena Nichols. Según el plan, 3.200 canguros de la especie común gris oriental, que pueden alcanzar el tamaño de una persona, serán asesinados para julio. Algunos activistas ya han manifestado su oposición. Como por ejemplo, la presidenta de ACT Animal Liberation Mary Hayes, que advirtió que esa acción daría al gobierno local una reputación internacional de crueldad contra animales. “Es una forma muy cruel y violenta de tratar a animales”, dijo Hayes a la radio de la Australian Broadcasting Corp. Por otro lado el activista Pat O’Brien, de la Coalición de Protección de Canguros en el estado de Queensland, rechazó el argumento del gobierno de que los canguros pudieran enfrentar hambruna si no son sacrificados. “Esta es simplemente una excusa para matarles”, dijo O’Brien. Los canguros son famosos por como nacen sus crías. Las hembras tienen en el vientre la bolsa “marsupial”, en la que llevan a sus pequeños. Al nacer los bebes miden a penas 3 cm. Solo tienen completamente formadas las manos, con las que se agarran al pelaje dentro de la bolsa de su madre, mientras maman continuamente. A los 4 meses ya se atreven a sacar la cabeza de la bolsa de vez en cuando. Más tarde dejan su refugio, pero regresan de nuevo a él a menudo. Estos animales tímidos y curiosos son víctimas de muchas formas de explotación por parte de los humanos, su carne se considera comestible en Australia lo que provoca el abatimiento de miles de ellos cuando se encuentran libres disfrutando de la libertad o de la compañía de los suyos, además su rápida y prolífica procreación hace que muchos consideren que la única solución posible es su matanza. Matanzas que dificilmente aceptaríamos o justificaríamos si se llevasen a cabo con individuos de nuestra especie por muy bueno que pareciera el motivo y que igualmente debemos rechazar cuando las víctimas no son humanas.