Un chimpance será puesto en libertad tras ser rescatado de un circo con animales en Bogotá
Londres – La organización Animal Defenders International (ADI), con sede en Londres, y la Fundación Mentes Verdes, filial de la primera en Bogotá, tienen previsto trasladar a Karla un primate rescatada de un circo de Bogotá, en unas seis semanas a ese país africano. Según una versión del diario bogotano El Tiempo, el viaje sólo está pendiente del “visado animal”, que es el documento que expide la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites). Karla, que es el nombre de la chimpancé, irá al parque natural de Chimfunshi, donde podrá vivir en las condiciones silvestres de las que fue separada a la más temprana edad. La primate fue rescatada el pasado enero del Circo Hermanos Gasca, dirigido por Raúl Gasca, cuando esta compañía mexicana estaba de paso por Bogotá, dentro de una gira por el país. Una demanda judicial, por maltrato, facilitó la recuperación de Karla, que fue enviada de forma temporal al Parque Zoológico Santa Fe, de Medellín, donde convive con Boby, “de quien se enamoró a primera vista”, según la misma versión. El contencioso fue promovido por ADI y Mentes Verdes, que presentaron como pruebas cerca de cinco mil fotografías y unas 300 horas de vídeo, documentos obtenidos por colaboradores de la fundación colombiana, que se infiltraron en el Gasca como trabajadores. Las fuentes dijeron que a Karla le extrajeron la dentadura, le enseñaron a la fuerza “a bailar el Jarabe Tapatío, ritmo tradicional mexicano, y a caminar en zancos en el escenario”, y que también la hacían fumar en los momentos previos a sus presentaciones. La ADI y la Fundación Mentes Verdes, conformada ésta por profesionales de la Universidad Nacional de Colombia, presentaron a mediados del pasado marzo una campaña internacional contra el sufrimiento animal en los circos, que apoyaron con las imágenes obtenidas en la compañía de los Gasca. Por desgracia hoy día siguen existiendo cientos de circos que utilizan animales. Una triste y amarga realidad detrás de la alegría y el colorido de las carpas, los payasos y los malabaristas, una realidad llena de sufrimiento, privación y que supone horas de entrenamiento durísimo, viajes interminables de una ciudad a otra, golpes y vejaciones de todo tipo que causas una gran cantidad padecimientos físicos y emocionales a los animales sometidos.