Cada año mueren en España un millón de aves electrocutadas
En muchas ocasiones, se pueden observar pequeños pájaros posados en el cable de un tendido eléctrico, o una rapaz encaramada en un poste, sin que les ocurra nada. Sin embargo, el problema surge cuando tocan a la vez dos cables o un cable y el propio poste. En ese momento, se produce una derivación de corriente eléctrica a través del cuerpo del animal, que lo mata al instante. De esta manera, millones de aves mueren todos los años en el mundo por este motivo, así como por la colisión contra los propios tendidos. Los tendidos eléctricos causan en España la muerte de más de un millón de aves. Aunque no hay cifras a nivel mundial o europeo, se cree que acaban con la vida de millones y millones de estos animales. En los países en vías de desarrollo, con una creciente instalación de tendidos de diseño muy peligroso, se trata además de un problema en aumento. La electrocución afecta especialmente a las aves que utilizan los apoyos de los tendidos como posaderos, principalmente rapaces, córvidos y cigüeñas. Por ejemplo, en los últimos 15 años, más de 120 águilas imperiales han muerto electrocutadas en España. Además de la electrocución, la colisión contra los cables es otro de los principales problemas que causan los tendidos eléctricos. Las aves, al no ver el obstáculo en pleno vuelo, chocan contra él con consecuencias irreparables. Las especies más vulnerables a este peligro son las aves de vuelo rápido, como palomas, patos y gangas, así como las especies gregarias y de vuelo no muy ágil, como grullas, flamencos y aves esteparias. Zonas y tendidos más peligrosos Diversos estudios afirman que los lugares especialmente críticos corresponden con las áreas de dispersión de las aves jóvenes en fase de dispersión. Se trata de individuos inexpertos, localizados en gran número en una pequeña porción de territorio y con el sentido de la territorialidad aún no marcado. Para tratar de combatir el problema, algunas comunidades autónomas han adoptado medidas normativas específicas cuyo objetivo es sustituir total o parcialmente los tendidos más peligrosos en los espacios naturales protegidos. En Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Navarra y La Rioja se exige que los tendidos eléctricos de nueva instalación cumplan unas prescripciones técnicas para que se puedan considerar seguros para las aves. En cuanto a los tipos de tendidos eléctricos, los más peligrosos son los de apoyo metálico con cruceta y aisladores rígidos, si bien se dan varias circunstancias. En las líneas de transporte con torretas de gran altura el problema fundamental es la colisión contra el cableado, mientras que en los tendidos de distribución, de más baja tensión y pequeños apoyos, además de colisiones el mayor número de muertes se produce por electrocución. Asimismo, la ubicación de los tendidos y determinados diseños peligrosos también aumentan los riesgos. Los cables por encima de las zonas de posada presentan un grave peligro de electrocución, mientras que los ubicados en lugares de mayor concentración de aves, como pasos migratorios, áreas esteparias, zonas de invernada, humedales, etc., presentan los mayores problemas de colisión. Posibles medidas contra el problema Las muertes por electrocución o colisión podrían impedirse básicamente no instalando nuevos tendidos peligrosos por su diseño o ubicación, y modificando los ya colocados que pudieran constituir algún riesgo. Para ello, hay distintas opciones económicamente viables, como el enterramiento del tendido, que no sólo elimina el riesgo para las aves, sino también la producción de incendios forestales y el impacto sobre el paisaje. Otra opción consiste en desviar el tendido hacia otro lugar menos peligroso, o sustituir el tendido por otro con los cables totalmente aislados, como el cable seco trenzado, que impide la electrocución. En cuanto a la opción más barata, se trata de aislar fragmentos de cables, con fundas especiales y cintas aislantes, pero esto no ofrece total seguridad y su eficacia desaparece en unos pocos años al estropearse con el tiempo el material aislante. Otra solución que apenas genera costesc es sustituir los apoyos con aislados fijos o rígidos por suspendidos, cuya financiación cuenta en muchos casos con ayudas de las Administraciones públicas. Asimismo, la aprobación de un Real Decreto que regule las instalaciones eléctricas seguras para las aves es otra de las reclamaciones de las organizaciones ecologistas. De esta manera, además de evitar la instalación de tendidos peligrosos, se permitiría una mayor dotación económica para la corrección urgente de líneas eléctricas de riesgo, y conllevaría unos mínimos comunes para las legislaciones autonómicas, algo que no sucede en la actualidad. En este sentido, el borrador del texto legal está aprobado por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza y la Comisión Nacional de Energía, y el Ministerio de Medio Ambiente prometió su aprobación para finales de 2005. Sin embargo, los responsables del Ministerio de Industria han bloqueado en última instancia la aprobación de esta normativa aduciendo cuestiones económicas. La aplicación de esta normativa supondría tan sólo una inversión para los ministerios de Medio Ambiente y de Industria de 46 millones de euros. Fuente: consumer