Argentina: Mujeres son víctimas de esclavitud sexual en Madryn
La crudeza del relato que realizó la mujer que aseguró ser víctima de prostitución forzada ante el funcionario Mauricio Baigorria incluyó detalles del sometimiento a esclavitud y explotación sexual de mujeres de distintas edad sin posibilidad alguna de defensa, solicitando a la Justicia su intervención a fin de resguardar su seguridad física y la de su familia. La denuncia judicial, que fuera presentada el pasado 13 de noviembre, fue radicada por una mujer extranjera que junto a sus hijos permanecía indocumentada, y que a pesar de los supuestos controles que habrían realizado las autoridades vinculadas a esos locales, jamás fue detectada. Precisamente la persona expuso que esta condición irregular sería el motivo con el que la “dueña” extorsionaría a las mujeres esclavizadas en el local en el que luego debieron realizar prácticas sexuales para no ser denunciadas. Esto se realizaría ingresándolas paulatinamente en un régimen prácticamente carcelario donde, luego de cada jornada, serían mantenidas en cautiverio, encerradas con candado. Del mismo modo, y ante la alternativa de que a alguna se le ocurriera denunciar la situación, la mujer relató que “cuando hay control policial y/o de la municipalidad las encierran a todas”, ya que “la dueña sabe cuando va a haber inspecciones, porque alguien le avisa”. Además de describir que sería víctima de una organización que prostituye forzadamente a jóvenes, la desesperada mujer confesó que se decidió a efectuar la exposición a la Fiscalía por haber sido atacada estando embarazada y por negarse a mantener relaciones sexuales. Agregó además que durante siete años la mantuvieron bajo amenazas para que ejerciera la prostitución, ya que, si no lo hacía, “como está indocumentada la iban a denunciar para que la extraditen y se quede sin sus hijos”. Las condiciones en que se produce la esclavitud sexual en la ciudad fueron descritas por la mujer con lujo de detalles y, a pesar del miedo que declaró sentir, no dudó en identificar al menos tres comercios habilitados para “esparcimiento nocturno” o “wiskería”. El comercio sexual, tráfico de personas, servidumbre, prostitución, negocios sexuales de adultos o infantiles forman parte de las nuevas tipologías de explotación humana, y de acuerdo a lo planteado en el testimonio que brindara ante la Fiscalía de Puerto Madryn esta mujer, también formarían parte de la situación actual que se produce en determinados domicilios y comercios de la ciudad. Esta denunciante identificó con nombres comerciales a cada uno de los locales donde ella vivió ese tipo de realidades, pero también mencionó calle y número de un domicilio particular donde por aquellos días ocurría una situación similar. A pesar de esos detalles, en ningún momento se habría ordenado judicialmente allanamientos policiales. Detalles del cautiverio En el escrito la mujer informa a los funcionarios de Fiscalía que en uno de los locales -al cual lo identifica con el nombre comercial y que a su vez se encuentra a menos de un kilómetro de donde ella formalizaba la denuncia-, había “más chicas” que estaban en esos momentos “ilegales”. La mujer planteó que había mujeres menores de 21 años a las que hacían trabajar en la prostitución, “que la mayor parte de las chicas están esclavizadas”, que “las encierran de noche para que no salgan ni a trabajar ni a divertirse”. A las mujeres se las mantendría aisladas de la población, sin el menor contacto social salvo a través de su trabajo forzado, ya que “les prohíben terminantemente que tengan contacto con otras personas, salvo que sea cliente”, a la vez que tampoco pueden comunicarse con sus familias, a excepción de “algunas que son visitadas por sus hijos menores”. De acuerdo a lo relatado por la mujer, en el mismo sitio donde las mantienen cautivas, bajo rejas y candado -donde las que no se disciplinan reciben brutales palizas, al punto de terminar internadas en el hospital-, también “mantienen sexo, comen y duermen. Que las sábanas donde mantienen sexo son cambiadas una vez cada dos meses” y que “no tienen platos para comer”. No sólo desde que la denuncia fue planteada no se han observado acciones directas de control, y menos aún de procedimientos judiciales para desarticular las organizaciones o intentar establecer la veracidad de estas imputaciones, sino que hasta pareciera que no se hizo nada contra los supuestos proxenetas, quienes en el texto de la denuncia son planteados con nombre y apellido. Tampoco se habría procurado identificar a aquellos que mantienen relaciones sexuales con mujeres que no quieren acceder a las mismas. Si bien hasta la mañana de ayer todas las novedades respecto del expediente señalaban que iba con destino al archivo, bajo un contundente “no va a haber declaraciones”, en la Fiscalía aseguraron que aún está en “etapa de investigación”. Si bien a raíz de los supuestos contactos con los que cuentan los regentes de esos prostíbulos, sería muy complejo conseguir demostrar una posible privación ilegítima de la libertad, a decir de las fuentes a las que accedió El Diario de Madryn, la situación de falta de libertad, humillación, maltrato, incomunicación y explotación sexual a la que son sometidas estas mujeres jóvenes se sigue manteniendo. ¿Casos, metodología connivencia? Este caso se presenta como inquietante también a aquellos estratos judiciales que incurrirían en demoras para brindar respuestas a los denunciantes, ya que se plantea como muestra de la tardanza en generar ciertas “diligencias”, como así también amenaza con dejar en evidencia que no todas las presentaciones espontáneas de las víctimas tendrían respuestas contundentes desde ese ámbito. A comienzos de marzo personal policial tomó conocimiento de que en un domicilio particular ubicado sobre calle Bolívar de esta ciudad, habría menores que serían explotadas sexualmente. La oficialidad de esa comisaría asegura que se solicitó inmediatamente una orden de allanamiento para verificar esa denuncia o dar por tierra con la acusación, si ésta era falsa. De acuerdo a los trascendidos provenientes de fuentes inobjetables, esa orden de allanamiento fue solicitada alrededor de las 11 de la mañana de ese mismo día, pero recién se recibió la respuesta judicial 36 horas después. La requisa domiciliaria en cuestión recién se habría podido concretar recién sobre las 23.30 del día siguiente. Resultado: no se encontró ninguna menor. Fuente: El Diario de Madryn