Los primeros cuidadores de Keto sabían que era “rudo”
Santa Cruz de Tenerife – Los primeros cuidadores de la orca macho Keto, cuando aún se encontraba en el Sea World de Orlando (Florida), dejaron constancia del “carácter rudo y de la dureza con la que jugaba con las ballenas más viejas del estanque” en el que el joven macho se estaba criando después de nacer en ese centro zoológico el 17 de junio de 1995, hijo de Kalina quien también había nacido en cautividad. Se trataba del segundo parto con éxito de Kalina, pues en 1993 parió a otro macho, al que se le puso el nombre de Keet. Keto, que ahora tiene 14 años, estaba siendo entrenado el pasado jueves, 24 de diciembre, en uno de los tanques que Loro Parque tiene habilitado para estos animales de cara a la rutina de ejercicios que conforman el show del Orcan Ocean del citado parque temático tinerfeño. Ese día algo debió de fallar pues el animal arrastró al fondo del tanque, de una profundidad de 12 metros, a su entrenador, Alexis Martínez Hernández, de 29 años y natural de Los Realejos, quien finalmente falleció como consecuencia probablemente de un ahogamiento pues, según refirieron el resto de los compañeros del entrenador que se encontraban en el borde del tanque, Alexis permaneció alrededor de unos dos minutos debajo del agua. Sus compañeros le lanzaron una red para que tratase de agarrarse, pero al ver que no lo conseguía, uno de ellos se lanzó al agua y logró subirlo a la superficie, donde le estuvieron practicando maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta la llegada del personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC), que fue alertado a las 10:30 horas por el Cecoes, que desplazó una ambulancia medicalizada y un vehículo de intervención rápida (VIR). La víctima fue trasladada hasta Hospiten Bellevue de Puerto de la Cruz, donde ingresó cadáver. Según fuentes cercanas al parque, Alexis Martínez no habría muerto por un ataque propio de la orca, sino como consecuencia de uno de los juegos que forman parte de los entrenamientos que se llevan a cabo. Según las mismas fuentes, el cuerpo de la víctima no tenía signos de violencia o rastros de mordeduras siendo la causa del fallecimiento la asfixia. Ahora resta por dilucidar qué ocurrió para que un entrenador con cuatro años de experiencia perdiera la vida durante un entrenamiento. Hombre y animal practicaban un número en el que el monitor se sumergía junto al cetáceo para ser impulsado hasta una rampa ubicada en el borde del tanque. Antecedentes de ‘Keto’. Este macho había sido trasladado a diversos centros de la cadena Sea World a lo largo y ancho de Estados Unidos, de hecho, estuvo en los Sea World de Texas, Ohio y California. En el centro de Texas, sus entrenadores refieren a que Keto apenas se diferenciaba de su hermano mayor (Keet) cuando ambos estaban juntos en el mismo tanque, salvo por una leve inclinación de su aleta dorsal. Cuando aún se encontraba en el Sea World de California, la dirección del centro decidió trasladarlo junto a otras ballenas de Orlando al parque acuático de San Diego (California). El traslado se llevó a cabo el 8 de marzo 1999 y la razón para efectuar ese traslado estuvo motivada para favorecer un nuevo embarazo de su madre, Kalima, y también “para corregir algunos de sus malos hábitos” comportamiento que también fue advertido y notificado por parte de los cuidadores del Sea World de California. En concreto, los entrenadores que recibieron en San Diego al joven macho de orca hacían referencia a que Keto era “una ballena muy enérgica y que se comporta de forma independiente, a su manera”. Añadían que “lo que más le gustaba era jugar molestando a las orcas más adultas del tanque. Sus entrenadores a veces se refirieron a este macho era muy “punk” porque “le gustaba jugar muy duro”. Desde Igualdad Animal lamentamos la muerte del joven Alexis Martínez pero quisieramos recordar que él mismo decidió voluntariamente hacerse entrenador de orcas y trabajar en este tipo de espectáculos, exponiéndose al riesgo que implica someter la voluntad de un animal para obligarle a realizar juegos dentro de una rutina de ejercicios con el fin de entretener a otros a costa de los animales. Las orcas que permanecen en parques temáticos como Loro Parque o cualquier otro del mundo no tuvieron opción de escoger, fueron separadas de sus familias y encerradas de por vida en acuarios en los que se les obliga a divertir al público sin poder disfrutar jamás de una vida natural. Una orca en libertad puede vivir entre 50 y 80 años, recorrer entre 100 y 200 kilómetros al día, alcanzar velocidades de hasta 48 kilómetros por hora y sumergirse regularmente a 30 metros y –ocasionalmente- a profundidades de 100 a 170 metros. Aquellas que permanecen en cautividad apenas logran vivir una fracción de este tiempo, la mayoría muere poco después de su captura y solo alcanzan nadar durante unos segundos antes de chocar con el borde de los tanques en los que permanecen encerradas dando un aproximado de 2500 vueltas dentro del mismo al día. Además, las orcas se comunican a través de una gran variedad de sonidos, teniéndo cada uno de estos animales uno propio que puede ser reconocido por otro miembro de su grupo a grandes distancias. A fin de identificar lo que se encuentra a su alrededor, envían sonidos que al encontrarse con algún objeto, rebotan y vuelven a la orca, revelando así todos los datos del objeto: tamaño, distancia y forma. El vidrio y las paredes de concreto de los tanques en los cuales permanecen las orcas en cautividad actúan como una caja de resonancia, de manera que todos los sonidos emitidos por los ballenas e inclusive lo que para nosotros/as puede ser un leve sonido, debido a su aguda capacidad auditiva resulta ser un tormento permanente. Los acuarios y espectáculos con animales marinos, al igual que cualquier diversión que implique el uso de animales, son prácticas injustas. Todos los animales que son utilizados en ellas pasan sus vidas encerrados, obligados a hacer trucos que a su vez son el resultado de entrenamientos que les provocan estrés, sufrimiento y trastornos psicológicos. Al igual que a los humanos, los demás animales desean vivir sus vidas plenamente. El hecho de que pertenezcamos a especies diferentes es irrelevante cuando hablamos del interés en no sufrir, y el interés en disfrutar de nuestras vidas. La capacidad para sufrir y disfrutar nos convierte en iguales, es decir, en individuos con intereses propios que merecen ser tenidos en cuenta de manera justa y equitativa. Más información sobre acuarios: https://igualdadanimal.org/entretenimiento/acuarios Mas información sobre peces y otros animales marinos: https://sentirbajoelagua.com/