Demagógico manifiesto del Jurado de los Premios Taurinos de la Diputación de Valencia
Con motivo de la entrega de trofeos de la Feria de Fallas 2010, el jurado de la Diputación de Valencia emitió un manifiesto para defender y apoyar la tortura y el asesinato de toros y caballos en estos “momentos tan controvertidos”, diciendo que la tauromaquia es “sinónimo indisoluble y armonioso de la cultura española con mayúsculas”.
Para este jurado, “las manifestaciones más hermosas de la cultura española están ligadas a la fiesta, que gracias a las diversas expresiones artísticas adquiere, día tras día, su verdadera dimensión de leyenda”.
Asimismo, considera que el toreo “ha sido y es motivo de profunda inspiración y verdadera musa de artistas de todos los tiempos, superando en sí misma y por su grandeza, cualquier frontera física o ideología política”. En concreto, hace referencia a artistas que “han compartido y comprendido la profunda fascinación” por este mundo, como Goya, Picasso, Bergamín, Ramón Gaya, Antonio Machado, Alberti, Lorca, Brines, Barceló o Miguel Hernández.
Al respecto, el escrito señala que el toreo “es un mundo cultural de incalculable valor que ha llevado a esos geniales creadores a expresar sus inquietudes artísticas a través de diversas manifestaciones e interpretaciones y que siempre han revelado la importancia del toreo, de su inconmensurable nobleza y estética”.
Por todos estos motivos el jurado defiende que los toros “son una fuente de emoción estética, de transmisión de conocimiento acerca del vivir, con su peligro y su muerte, con su alegría de luchar y su final trágico, porque su tradición y su nobleza han inspirado el arte de todos los tiempos”.
De este modo, el escrito hace referencia a las “virtudes que resalta el poeta valenciano Carlos Marzal” en relación a los toros, y considera que “quien no sepa ver eso, debería pararse a pensar, porque se está perdiendo un motivo de placer, pero sobre todo una fuente de sabiduría”.
Por ello, el Jurado de la Diputación manifiesta que “el toreo forma parte de la cultura, no la de unos pocos, sino la de todos, y es por ello que se debe reivindicar su carácter de patrimonio único y demandar la defensa de este arte, que forma parte de la brillante historia cultural española”.
Como siempre, los defensores de la tauromaquia se aferran al pseudoargumento de que la tauromaquia es arte y cultura para no encarar de frente las críticas fundamentales que hacemos los defensores de los animales: Que el interés de un toro por evitar el sufrimiento y continuar vivo está por encima del interés de los taurinos en disfrutar con la tortura y asesinato de estos animales. Nos da igual si la tauromaquia es o no arte, ó si es o no cultura. La cuestión importante es que es injusta.