Mueren 28.000 pollos al calcinarse una granja en Verín
El trabajo de toda una vida se calcinó en menos de media hora. A las diez de la mañana de ayer, Verín (Ourense) se paralizó ante una densa y negra humareda que cubría el cielo. Una granja de pollos de As Tuelas, entre las localidades de Queizás y Cabreiroá, estaba ardiendo en su totalidad. Un fuego, causado probablemente por un cortocircuito, que se inició en la parte trasera de la granja y se extendió con toda celeridad por el tejado de la infraestructura, de poliuretano y uralita.
«Cinco minutos antes mi padre había estado dentro limpiando, vino hasta casa, y al salir ya vio el humo y el fuego», reconoce Rubén Cid, hijo del propietario. Rápidamente, hasta el lugar se desplazaron numerosos vecinos así como efectivos del parque de bomberos comarcal, Grumir de Verín, Guardia Civil, Policía Local y Policía Nacional. No se pudo hacer nada. «No pudimos salvar nada, todo fue muy rápido», asegura el joven. En el interior de la granja había aproximadamente 28.000 pollos pequeños, de unos 16 días, que perecieron al momento, solo se salvaron unos siete.
Además, de la pérdida de los animales, la granja sufrió numerosos desperfectos como consecuencia del fuego y humo, aunque no se vio afectada la estructura principal. Esta empresa verinense se dedica desde hace treinta años a la cría de pollos. «Trabajamos para Coren, que nos traen los animales, los tenemos entre 45 y 50 días aquí para criarlos y luego se los recogen», afirmaba Cid, reconociendo que «ahora no nos queda más remedio que volver a empezar».
EN SOLIDARIDAD
Los pollos son animales emocionalmente complejos, capaces de sentir empatía y establecer vínculos especiales con sus congéneres. Protege a estos animales sensibles y sociales eligiendo alternativas vegetales.
“El trabajo de toda una vida se calcinó en menos de media hora”. Así se trata la noticia de la muerte de 28.000 individuos no humanos en una sociedad que infravalora sus vidas. La noticia original trata la vida de estos animales de simples recursos económicos, cosas o productos con los que enriquecerse o que se queman en un incendio. El destino de esos pollos calcinados no se presentaría menos terrible de no haberse dado el incendio en la granja. Después de 45-50 días, una vez hubieran alcanzado el peso estimado como deseable (y rentable), habrían sido conducidos hasta el matadero para ser luego envasados en las miles de bandejas de carne que se apilan en los estantes de los supermercados de todo el país. Sólo existe una forma de evitar tragedias como ésta: no formando parte de la explotación de los demás animales, no consumiendo productos de origen animal ni participando en actividades en los que éstos son utilizados. Sólo viviendo de forma vegana podremos evitar situaciones como la que es objeto de esta noticia. Anualmente son asesinados en los mataderos del Estado español unos 600 millones de pollos criados para el consumo de carne.