Un bebé orangután y su madre, rescatados de una muerte segura en Sumatra
Un bebé orangután y su madre fueron salvados de una muerte segura cuando fueron encontrados por un grupo de rescate en un bosque de Sumatra. Él y su madre se morían de hambre debido a la expansión de las plantaciones de aceite de palma que están destruyendo de forma implacable su hábitat en Indonesia. La pareja fue encontrada en un rincón del bosque que iba a ser arrasado con más plantaciones y serán llevados a un centro de recuperación.
Con los ojos exageradamente abiertos por el miedo, un bebé orangután hace todo lo posible por escapar de las manos de un hombre que se le acerca.
Pese al terror que supone para los orangutanes encontrarse con seres humanos, estos llegaron para llevarlos a un lugar seguro. La madre fue atendida por los médicos tras ser alcanzada por los dardos tranquilizantes y caer de un árbol sobre una red preparada para recogerla. La orangután tenía dos balas de rifle bajo la piel, lo que sugiere que ya había estado en contacto anteriormente con seres humanos hostiles.
El equipo tuvo que rastrear y encontrar a los orangutanes para moverlos mediante ruidos a un lugar más seguro y de vegetación menos densa, donde poder tranquilizarlos. Los rescates suelen llevar mucho tiempo y resultar agotadores, ya que el equipo ha de mantener el ritmo a través de ríos, zonas enfangadas y de vegetación espesa en el suelo, mientras los orangutanes avanzan rápidamente de árbol en árbol.
La madre es atendida por los médicos tras caer del árbol donde trataba de proteger a su bebé
Aunque siempre vivieron dispersos por los bosques de Asia, los orangutanes se encuentran ahora confinados a dos únicas islas: Sumatra y Borneo. Las crías de orangután dependen de sus madres durante al menos sus primeros 5 años de vida, aprendiendo de ellas todo lo que necesitan saber sobre la supervivencia en la selva. Por ello, la muerte o captura de una hembra de oranguntán suele llevar aparejada la muerte de sus bebés, que son incapaces de sobrevivir sin su ayuda.