«Mi perro/gato me ayudó a abrir los ojos al maltrato animal en granjas industriales y mataderos»
¿Te suena esa frase? Pues a nosotros también, porque la leemos una y otra vez en los comentarios de nuestras redes sociales.
Nuestros queridos perros y gatos están haciendo que muchas personas abran las ojos a una realidad aún poco conocida: el maltrato animal en el seno de las industrias alimentarias.
Nosotros lo comprobamos a diario leyendo a quienes nos seguís y nos dejáis mensajes diciéndolo a vuestra manera.
«Al adoptar a Arya, mi perrita, me cambió la vida, y el cambio más importante fue mi alimentación», nos comenta Marta.
«Vivir con mi perro me hizo darme cuenta de que todos los animales sienten igual que nosotros», nos dice Ana.
Convivir con animales a menudo hace que veamos el maltrato de una forma distinta. Una nueva dimensión de empatía se abre ante nosotros. Contemplar a diario la personalidad de perros y gatos, darnos cuenta de su inteligencia y de sus ganas de ser queridos nos hace preguntarnos, ¿en qué se diferencian los animales de granja?
La respuesta es sencilla: en nada. Sin embargo, las implicaciones nos cuestan un poco más. A fin de cuentas, los animales de granja nos han proporcionado carne desde hace miles de años.
Pero algo está pasando, para muestra, lo que nos dice Abril:
«Vivir con animales refuerza y ayuda muchísimo en la decisión de no comer carne».
Por su parte, Montse nos comenta que «mis gatos son un recuerdo diario de por qué soy vegana. Hacen que sea mucho más fácil».
Y Patricia nos dice en nuestro Facebook que «he reducido muchíiiiiisimo [el consumo de carne] gracias a mi Neko».
«Convivir con animales a menudo hace que veamos el maltrato de una forma distinta».
Es un hecho, nuestros adorados perros y gatos se han convertido en embajadores de esos otros animales a los que teníamos olvidados. Vacas, cerdos, gallinas, corderos y pollos sufren en granjas industriales y mataderos. Por su parte los peces sufren en piscifactorías y redes de pesca gigantes. Todos ellos quisieran poder vivir sus vidas si les dejamos hacerlo.
Porque, como nos dice Michelle, al convivir con un animal, «te vas haciendo más consciente con respecto a al respeto por la vida de otros animales».
Y eso es todo lo que los animales de granja necesitan de nosotros: que les demos una oportunidad probando alternativas a los productos provenientes de la ganadería industrial.
¿Lo intentaremos?
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