Inspecciones casi inexistentes en las granjas de producción de foie gras


El número de controles oficiales realizados en las granjas donde se practica la alimentación forzada para la producción de foie gras, unas 260 aproximadamente en 6 provincias españolas, es extremadamente bajo.
Según los datos solicitados por Igualdad Animal a la Dirección General de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar animal del MAPA, en 2020, no se efectuó ningún control, en 2021 se inspeccionaron el 4,2% de las granjas, 5 de patos y 1 de gansos, y en 2022 las inspecciones se produjeron tan solo en el 3% de las instalaciones, 5 de patos y ninguna de gansos. Por último, en 2023, el porcentaje de explotaciones inspeccionadas sólo alcanzó al 1,9% de ellas, siendo las 3 únicas granjas inspeccionadas de alimentación forzada de patos.
De esta forma y según el promedio de proporción de inspección anual, la probabilidad de que una granja donde se lleva a cabo la alimentación forzada para producir foie gras sea inspeccionada, es de aproximadamente cada 43 años.
Igualdad Animal considera que las inspecciones oficiales son fundamentales para garantizar que las granjas cumplan con la normativa de bienestar animal, especialmente en actividades controvertidas como la producción de foie gras con cebado forzado. Sin embargo, los datos indican que la mayoría de las explotaciones no han sido inspeccionadas durante muchos años, con proporciones de inspección que rondan el 0% en algunos años, y nunca más del 4.27%.

Inspecciones esporádicas, patos y ocas completamente desprotegidos
Esta falta de controles conlleva que las condiciones inadecuadas de bienestar animal pasen desapercibidas; y sin una supervisión adecuada, el método de alimentación forzada podría volverse todavía más abusivo.
«La función de las inspecciones no solo es identificar incumplimientos, sino disuadir prácticas inapropiadas. Cuando las inspecciones son esporádicas o casi inexistentes, las granjas pueden perpetuar malas prácticas sin ningún tipo de consecuencias punitivas»
Anna Mulá, gerente de incidencia legislativa de Igualdad Animal.
La falta de controles plantea serios interrogantes sobre el compromiso real de las autoridades competentes de velar por el bienestar animal, dejando que las explotaciones operen con un enfoque centrado exclusivamente en la eficiencia económica.
El maltrato es inherente de la alimentación forzada para producir foie gras
La escasez de inspecciones y la falta de un sistema robusto de control no solo hace que los animales corran más riesgo de ser maltratados, sino que también pone en evidencia la necesidad de una medida preventiva clara y decisiva: la prohibición de la alimentación forzada.
«Prohibir esta práctica es una forma efectiva de evitar que los animales sufran, independientemente de las deficiencias en el sistema de inspección actual»
Anna Mulá, gerente de incidencia legislativa de Igualdad Animal.
El Gobierno se lava las manos
La respuesta del Gobierno español a la Pregunta Parlamentaria realizada por el grupo parlamentario Sumar sobre cuál era su posición respecto a la alimentación forzada y si tenía intención de abordar reformas legislativas para reducir el sufrimiento de las aves por esta práctica, fue la siguiente:
«Se comunica que todas las granjas están sometidas al “Programa nacional de control oficial del bienestar animal en las explotaciones ganaderas y el transporte de animales” (…), no está previsto tomar medidas legislativas adicionales, más allá de vigilar el cumplimiento de la normativa nacional».
Más de 1 millón de patos y ocas son sometidos cada año a la alimentación forzada
El foie gras es un hígado agrandado y enfermo debido a una alimentación forzada a la que son sometidos los patos y ocas. Durante este proceso, se les introduce un tubo de 30 cm en el esófago para administrarles enormes cantidades de comida varias veces al día, lo que provoca un crecimiento anormal de su hígado y un gran sufrimiento a los animales. Cada año en España aproximadamente 1 millón de patos y ocas son sometidos a este proceso que les causa gravísimos problemas de salud.
Igualdad Animal ha documentado el sufrimiento que padecen estos animales en múltiples investigaciones realizadas en España y Francia.
100.000 firmas contra la alimentación forzada
El pasado mes de octubre Igualdad Animal hizo entrega en el Congreso de los Diputados de más de 100.000 firmas de ciudadanos que exigen la prohibición de esta práctica en el país.
Actualmente, España, junto a Bélgica, Francia, Bulgaria y Hungría, son los únicos cinco países europeos que continúan produciendo foie gras. En los restantes 22 Estados miembros la producción de foie gras ya no está permitida. Lo prohíben explícitamente: Austria, Alemania, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, República Checa y Suecia
En los países pertenecientes de la UE que no lo han prohibido de forma expresa, se considera que la práctica es incompatible con la legislación general de carácter nacional y por tanto tampoco se podría producir.En el resto del mundo lo han prohibido países como Argentina, Israel, Turquía, Noruega, Suiza y Reino Unido. El Gobierno de India prohibió la importación de este producto en 2014 gracias a una campaña de Igualdad Animal, convirtiéndose en el primer país en tomar esta medida.

PROTEGE A LAS FAMILIAS
Incluso antes de salir de sus huevos, los patitos se comunican con sus familias. Protege a estas familias eligiendo alternativas vegetales.