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Cinco prácticas crueles y habituales en las granjas industriales


La industria cárnica se esfuerza en mostrar mediante su publicidad, en sus envases y sellos propios de bienestar animal la “ficción de los animales felices”. Una forma de ocultar al consumidor las condiciones de vida reales que sufren los animales en las granjas industriales.

En concreto, la vida de los cerdos, animales sumamente inteligentes y sensibles, como han demostrado innumerables estudios científicos, se ve condicionada por prácticas extremadamente crueles que son habituales y en la mayoría de los casos legales. Prácticas que la industria realiza de forma normalizada para obtener el mayor beneficio pero que la mayoría de las personas no soportaría presenciar:

1- Corte de dientes al nacer

Durante el primer o segundo día de vida, personal no veterinario, corta los dientes a los cerditos con un alicate y sin anestesia. Lo hacen para evitar que los usen para competir al mamar. Para ellos es traumático y muy doloroso.

2- Castración sin anestesia

Entre el tercer y el séptimo día se les cortan los testículos. La ley permite que si esta intervención se realiza durante la primera semana de vida se pueda realizar sin anestesia o analgesicos para mitigar el dolor. También se realiza por los operarios y no por personal veterinario. El objetivo de esta práctica es que los cerditos no segreguen hormonas que pueden afectar al sabor de la carne.

3- Corte de rabo de forma habitual

Esta práctica llamada “raboteo” por los ganaderos, consiste en cortar las colas de los cerditos en sus primeros días de vida, también sin anestesia y sin personal veterinario. Amputando sus colas se pretende evitar la caudofagia, es decir que se muerdan las colas entre ellos, un comportamiento anormal que se produce debido al estrés, la falta de espacio y la ausencia de estímulos que soportan en las granjas. 

La Unión Europea prohibió en 2008 el corte de cola en los cerditos de forma rutinaria. Sin embargo, lo permite para prevenir que se muerdan entre ellos. En España, pese a las recomendaciones de la Comisión Europea y a los planes nacionales para mejorar las condiciones de vida de los cerdos, una auditoría determinó que el raboteo rutinario afecta al 98,5% de los cerdos. En países como Noruega, Finlandia, Suiza o Suecia donde se han tomado medidas, solo se corta la cola al 5% de los cerdos. 

4- Encerradas 5 meses al año

Las cerdas utilizadas para criar son inseminadas artificialmente y obligadas a permanecer enjauladas durante cinco semanas al comienzo de la gestación. Después, aproximadamente una semana antes de dar a luz, son confinadas de nuevo durante otras 5 semanas.. 

Paren y amamantan a sus crías entre barrotes en una jaula en la que no pueden moverse para atenderles, solo estar de pié o tumbadas. En total, las cerdas pasan entre 5 y 6 meses al año confinadas en jaulas y cada año tienen entre 2 y 3 camadas. Cuando agotadas por estos ciclos reproductivos su fertilidad baja, normalmente a los tres años, son enviadas al matadero

5- Antibióticos para evitar que enfermen

El uso de antibióticos para fomentar el crecimiento de los animales está prohibido desde 2006. Pese a ello, la industria en España sigue utilizando enormes cantidades de forma rutinaria para evitar que los animales enfermen debido a las duras condiciones que soportan en las granjas intensivas. 

Las granjas españolas consumen cuatro veces más antibióticos que las francesas y ocho veces más que las de Reino Unido. Según la Agencia Europea del Medicamento, España es el tercer país donde más antibióticos se utilizan por animal detrás de Chipre e Italia. 

La Organización Mundial de la Salud viene alertando desde 2015 sobre la necesidad de reducir el uso de antibióticos tanto en animales como en humanos para evitar el aumento de superbacterias resistentes. 


Fuentes


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