Granjas Industriales: 6 secretos al descubierto
Además de causar un sufrimiento inaceptable a los animales, las granjas industriales tienen muchos otros oscuros secretos que mantienen ocultos al público.
En España, la mayoría de los animales están dentro de granjas industriales.
Esto significa que la gran mayoría de la carne, los huevos y los productos lácteos en España provienen de animales que han sido mantenidos en condiciones antinaturales.
Confinados en los cobertizos sucios, oscuros y estériles de las granjas industriales, están escondidos a la vista y del imaginario colectivo.
Pero esto es sólo la punta del iceberg.
He aquí cinco secretos que la industria de la carne oculta deliberadamente al público.
1.Vida en condiciones extremas
Esto es una granja industrial. Estos grandes cobertizos sin ventanas y con luz artificial son los espacios de vida de los animales que acaban empaquetados en el supermercado.
Aún cuando no nos percatamos, estos lugares están a nuestro alrededor y no tan lejos de nuestros hogares.
Convierten a los animales en máquinas que producen carne a costa de un sufrimiento inimaginable desde el día en que nacen.
En esta foto vemos a las cerdas en jaulas tan pequeñas que ni siquiera pueden darse la vuelta. Esto se considera estándar y aceptable para la industria.
La vida de los cerdos es de confinamiento y abuso. Estos animales inteligentes y sensibles sufren mucho debido a la frustración que se derivan de una vida sin sol, aire fresco y estímulos naturales.
Los que nacen más débiles suelen morir sin atención veterinaria. Su corta y anónima vida les lleva a menudo al cubo de la basura. Nunca llegan a experimentar el más mínimo gesto de compasión.
2. Mutilaciones a los cerditos
Dentro de las granjas industriales, los cerditos son sometidos a procedimientos muy dolorosos en sus primeros días de vida. Les cortan la cola, los dientes y los castran sin utilizar anestesia.
En España, pese a las recomendaciones de la Comisión Europea, la mutilación de las colas afecta al 98.5% de los cerditos [1]. En países como Noruega, Finlandia, Suiza o Suecia donde se han tomado medidas, solo se corta la cola al 5% de los cerdos.
Siendo el cuarto productor mundial de carne de cerdo, en España se sacrificaron solo en 2020 más de 56 millones de cerdos.
Debido a las terribles condiciones de vida que soportan los cerdos en nuestro país, el 12% de los nacidos mueren en las granjas antes de ser enviados al matadero [2].
3.La verdad tras el animal más consumido en el mundo
El pollo broiler o “pollo para carne” es el animal más consumido en el mundo. No solo porque su carne es más barata sino que al ser animales pequeños son sacrificados en grandes cantidades.
Han sido seleccionados genéticamente para crecer más rápido pero esto tiene un precio muy alto para su salud. Mientras que sus músculos crecen velozmente, su corazón, pulmones y sus piernas no pueden seguir este ritmo de crecimiento y colapsan desarrollando deformidades y graves enfermedades.
Igualmente, debido a que sus patas ya no pueden soportar el peso de su cuerpo, muchos pasan el tiempo tumbados sin moverse o poder alcanzar el agua y alimento, respirando el metano de sus propios excrementos.
Con 40 días de vida son llevados al matadero, los manipulan con violencia y muchos sufren cuando les quiebran sus patas y alas, pero esto a la industria no le importa ya que lo que debe llegar intacto es su carne.
La carne de las bandejas del supermercado proviene de estas aves que aún son crías.
4.La cruel vida en las jaulas
Una de las prácticas más crueles dentro de la industria es el uso de jaulas en la producción de huevos. Es un sistema que inflige un gran sufrimiento a las gallinas que son forzadas a pasar su vida en un espacio de 21 x 29 cms.
Esto les impide a estos sensibles animales desarrollar comportamientos instintivos básicos. Las jaulas actualmente permitidas en la Unión Europea son tan pequeñas que dentro de ellas las gallinas no pueden abrir las alas, anidar, escarbar y nunca ven la luz del sol.
España es el país con más animales enjaulados de la Unión Europea. En Europa el 53% de las gallinas viven en jaulas, una cifra pequeña en comparación con el 77% que siguen confinadas en España.
5.Separación de vacas y terneros
Todas las 820.000 vacas que actualmente son explotadas en España por su leche tienen algo en común: a todas les han arrebatado sus hijos entre 24 y 48 horas después del parto.
Esto ocurre para evitar que los terneros beban su leche. Es una separación traumática, y las vacas pasan días o incluso semanas lamentándose y llamando a sus terrenos.
El ciclo de crueldad sobre el cual funciona la industria láctea sigue con el destino de las terneras y terneros. Las primeras pasarán a reemplazar a sus madres y sus cuerpos serán explotados hasta que su producción de leche decaiga y sufrirán tras cada separación de sus hijos, los terneros machos son sacrificados por su carne siendo aún crías.
6.El sacrificio de pollitos macho
A pesar de que sí existe la tecnología para evitarlo, actualmente en España son sacrificados 35 millones de pollitos cada año.
¿El motivo? No son considerados útiles para la industria porque además de que no ponen huevos pertenecen a una raza distinta a la de los pollos criados para carne.
En Igualdad Animal hemos investigado las incubadoras industriales en España para mostrar al público cómo estos animales son tratados con el mayor desprecio hacia su sufrimiento en su primer día de vida.
Apenas salen del cascarón los tiran vivos dentro de contenedores para que mueran asfixiados dentro de bolsas y también los aplastan con mazas. Es increíble el sufrimiento que deben soportar ya que mientras todo esto ocurre, los pollitos están vivos y plenamente conscientes.
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¿Quieres marcar la diferencia? Puedes ayudar a los animales firmando nuestra petición que exige al Gobierno que actúe para poner fin a las granjas industriales.
Y también puedes incluir alternativas vegetales en tu alimentación que son libres de crueldad animal.
FUENTES
- Auditoría para evitar el raboteo o corte de cola. Unión Europea
- Factores que afectan la tasa de mortalidad neonatal de los lechones