Igualdad Animal protesta ante la Embajada de Canadá contra la matanza de focas
Decenas de personas participaron en la protesta organizada por Igualdad Animal ante la e
Decenas de personas participaron en la protesta organizada por Igualdad Animal ante la embajada de Canadá en Madrid con motivo de la matanza de focas que se lleva a cabo en dicho país y que supone la muerte a golpes de 350.000 focas. Varios activistas de la organización mostraron su repulsa ante esta matanza simbolizando a las víctimas de la misma sobre una bandera canadiense manchada de sangre a la vez que portaban carteles en contra de esta injusticia, consiguiendo así diversa cobertura mediática.
Durante esta concentración se gritaron lemas como “Los animales sienten como tú”, “Canadá, vergüenza das”, “Ante el sufrimiento todos somos iguales”, “Respeto ya para los animales” y “Nada justifica esta masacre” en respuesta a las excusas que esgrime el gobierno de Canadá en defensa del asesinato de centenares de miles de estos animales que tiene lugar en sus costas durante la primavera.
Al finalizar el acto, la portavoz de Igualdad Animal, Sharon Núñez, se reunió con el embajador de Canadá en España para transmitirle nuestra reivindicación compartida por muchos miles más de personas de todo el mundo que unen su voz para decir: No a la matanza de focas de Canadá. No a la explotación animal.
Durante esta masacre, las madres foca ven cómo los cazadores rompen el cráneo de sus crías ante sus ojos sin poder hacer nada por evitarlo. No todas mueren tras los golpes recibidos, se calcula que más de 70.000 focas cada año consiguen escapar agonizando para morir días después por las heridas recibidas.
Según un estudio realizado por un grupo de veterinarios que examinaron la matanza, más del 40% de las focas son despellejadas cuando aún están vivas. La mayoría de las focas asesinadas apenas tienen dos meses de edad pues su piel es codiciada por diversos diseñadores de moda que la emplean para fabricar abrigos, monederos y otros accesorios. El gobierno de Canadá afirma que la continuidad de estos “recursos” no peligra pues estiman que su población supera los 5 millones de animales, también afirman que la muerte con el garrote llamado hakapik, es un método humanitario. Sin embargo, el número de una población de animales ni el método empleado en ello justifica el asesinato de cada una de esas 350.000 focas que mueren cada año.
El gobierno canadiense afirma asimismo que no se matan bebés foca cuya piel es de un característico color blanco, afirmando cumplir así una regulación aprobada en 1987 promulgada como forma de acallar las grandes protestas que generó la publicación de las primeras imágenes de la matanza de estos bebés.
Lo que no dicen en cambio es que su piel empieza a mudar al cabo de dos semanas, por lo que, aunque quizás no maten a una foca de 13 días de vida, una foca de 15 días es otra víctima más para ellos. Independientemente de la edad a la que mueran, cada una de esas focas no desea morir ni sufrir, no desea ver a su cría apaleada ante sus ojos y por ello, no deberíamos creernos con derecho a matarlas cuando nos conviene.
Cada año se repite una escena que tiñe de sangre el hielo de Canadá ante el rechazo de muchos países. Bélgica se ha convertido en el primer país que prohíbe la importación de productos provenientes de focas, mientras que personas de todo el mundo hacen boicot a esta industria y protestan ante sus embajadas y consulados para tratar de poner fin a esta injusticia.