Se crean los primeros monos manipulados genéticamente
Nacen en Japón los primeros monos modificados genéticamente capaces de transmitir los cambios introducidos en ellos a su descendencia. Los científicos, tras años de investigación, han conseguido incorporar a su genoma la proteína flourescente verde (GFP) como prueba del principio del sistema. Según afirman los científicos, esta nueva técnica en los monos servirá como banco de pruebas previo a los ensayos clínicos e iluminará las investigaciones con células madre humanas, entre otras áreas de aplicación. Desde hace casi tres décadas se llevan estudiando estos procesos. Al principio comenzaron el estudio con ratones y desde hace años se practica con monos titís. El objetivo final es aplicar los resutados al estudio del párkinson y la esclerosis lateral amiotrófica, entre otras dolencias humanas. Las opiniones científicas se dividen sobre el tema de si es posible extrapolar los resultados obtenidos a los humanos. Fuente: publico.es El avance científico es una de las bases de nuestra cultura y reporta grandes beneficios para los seres humanos, pero este avance tiene ciertos límites. Por ejemplo, la mayor parte de la sociedad no justificaría que se experimentara con humanos en contra de su voluntad aunque esto supusiera grandes avances en la búsqueda de vacunas y curas. El mismo criterio debe seguirse con los demás animales, pues ellos, al igual que nosotros, no quieren morir y desean disfrutar de su vida en libertad. Utilizar a los animales no humanos -en este caso, monos- para experimentar y conseguir curas para los humanos, es tan arbitrario como utilizar a un determinado grupo de humanos (por ejemplo aquellos con pelo rubio) para solucionar los problemas de los morenos. Nuestro color de piel, de ojos, nuestro sexo, la especie a la que pertenecemos… Todas son características irrelevantes cuando hablamos de tener en cuenta el interés de alguien en no sufrir y disfrutar de su vida. Lo único importante aquí es la posesión de dichos intereses, independientemente de la raza, el sexo, las capacidades intelectuales o la especie a la que pertenezca quien los posea.