Más de 100 patos utilizados nuevamente en las fiestas de El Port de Sagunto
Lanzados al mar junto con pelotas de goma «canjeables por premios», 150 patos han tenido que soportar el estrés, los golpes y la angustia de ser utilizados como juguetes flotantes para diversión de la muchedumbre.
Esta práctica trata de ampararse, como tantas otras, en la tradición y el folklore popular para justificar el daño causado a los animales. Las “cucañas” han sido denunciadas en innumerables ocasiones por asociaciones protectoras de animales, a las que el propio Tribunal Superior de Justicia de Valencia dio la razón en 2007. Sin embargo, las fiestas han seguido celebrándose a pesar de las multas que llegan al Ayuntamiento desde la Conselleria de Gobernación.
Desde la Alcaldía explican que desde el año pasado «se aplican unas modificaciones en la normativa para evitar las multas y hacerlo de acuerdo con la ley» en cuanto a la limitación del número de aves utilizadas y la forma de recogerlas. «Ya no puede hacerlo cualquiera, sino una decena de personas identificadas con camisetas. Para el resto de participantes se lanzan pelotas con premios, eso es lo que recogen», explican.
«El objetivo es que la gente vaya poco a poco más a por pelotas que a por patos», apuntaba el responsable de las peñas, mientras el concejal de festejos admitía que «la idea del consistorio es reducir los animales un 10% cada año hasta llegar a unos 100» y mantener esa cantidad «como algo simbólico para preservar la tradición».
Pero para estos patos el dolor, la angustia y el miedo que experimentan no es algo “simbólico”, sino experiencias muy reales, independientemente del número en el que sean lanzados, golpeados y hundidos en el mar.