Encierran a vacas en habitaciones a 30 grados durante días para estudiar cómo obtener más beneficios económicos
Es un experimento que ha costado 2.5 millones de dólares al gobierno australiano. ¿El objetivo? Hacer pasar a las vacas por situaciones de calor extremo que simulen las olas de calor. ¿Por qué? Porque en temperaturas elevadas las vacas producen menos leche. De esta manera se induce a las vacas a situaciones de estrés para investigar sus reacciones.
Las pequeñas habitaciones, de 5 por 4 metros por 3 de alto, sólo cuentan con una pequeña ventana de cristal. Según el científico jefe del Centro Nacional Lechero australiano, el Doctor Joe Jacobs, esto se hace “para que puedan ver a las otras vacas de los otros habitáculos. Es una consideración de bienestar animal para que estén felices”. Algo difícil de creer, cuando en el interior de los habitáculos las vacas son encadenadas y se les hace llevar pañales para recoger su orina y excrementos para luego ser analizados.
“Estamos llevando a cabo experimentos en el que se nos permite subir la temperatura en los habitáculos hasta 30-32ºC, cuando la temperatura exterior es de 14-15ºC, esto es el equivalente a una ola de calor”, declara Jacobs. Las vacas pasan hasta tres días seguidos en estas condiciones de extremo calor y aislamiento.
Recordemos que las vacas son animales altamente sociables y sensibles. Crean grupos de afinidades tal y como nosotros tenemos nuestros grupos de amistades y sufren al ser separadas. No es difícil imaginar el sufrimiento y el estrés al que se ven sometidas las vacas en este laboratorio del Centro Nacional Lechero australiano.
Tanto es así que se prohibió a los periodistas cubriendo la noticia tomar fotografías de las vacas. Según Jacobs, “podría ser problemático si las fotos son vistas por personas no familiarizadas con el proceso”, “de esta manera nos evitamos las posibles confrontaciones con grupos de bienestar animal y la publicidad negativa”, añadió.
Sin embargo, parece que la prohibición se está volviendo contra el Centro Nacional Lechero, ya que la negativa ha atraído la atención de la prensa. Como es habitual, la industria láctea oculta a los consumidores todas las prácticas que podrían resultar negativas para obtener mayores beneficios económicos. Esta industria sabe muy bien que los consumidores de hoy en día cada vez son más exigentes con el bienestar de los animales, y que muchas personas ya están optando por sustituir los lácteos por nutritivas alternativas vegetales como la leche de soja, almendras o avena.
*Imagen: Laura Poole