Buenos Aires cierra su zoo y acabará con el cautiverio de los animales
La ciudad argentina de Buenos Aires acaba de anunciar el cierre definitivo del zoológico de la ciudad tras años de lucha de los defensores de los animales. Las autoridades reubicarán a la gran mayoría de los 1.500 animales en santuarios y reservas naturales de todo el país.
La ciudad argentina de Buenos Aires acaba de anunciar el cierre definitivo del zoológico de la ciudad tras años de lucha de los defensores de los animales. Las autoridades reubicarán a la gran mayoría de los 1.500 animales en santuarios y reservas naturales de todo el país.
Las 18 hectáreas que ocupaba el zoo serán reconvertidas en un complejo interactivo que promoverá la educación medioambiental. Los animales que no puedan ser reubicados por motivos de salud, edad o inadaptabilidad (unos 50 en total) seguirán viviendo en este ecoparque pero ya no en condiciones de cautividad.
Las autoridades proyectan que el cierre se haga de forma paulatina, ir ubicando a los animales en entornos adecuados para cada especie. El jefe del gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, declaraba ante el cierre, «el zoo no da para más. Estamos convencidos de que la transformación en un ecoparque es el paso correcto, en sintonía con decisiones similares que se toman en otras grandes ciudades del mundo. Ahora será un complejo interactivo que promoverá la educación ambiental».
El cierre del zoo porteño ha sido una reivindicación de los grupos de protección de los animales durante años. El 2015 fue un año trágico para los animales encerrados en él: murieron dos lobos marinos, una cría de jirafa y una mara.
Gerardo Biglia, abogado de la ONG SinZoo, una organización que ha luchado para conseguir el cierre del centro de cautiverio declaraba que, «lo más importante es romper con el modelo de cautiverio y de exhibición. Un zoológico transmite un mensaje perverso, sobre todo porque apunta a un público infantil al que le decimos que encerrar a un ser vivo para nuestro ocio es válido. Yo creo que ahora viene un cambio de modelo para el cual ya estamos preparados, porque cuando le planteas a los chicos que no está bien encerrar animales les parece una obviedad».
El zoológico había sido denunciado en numerosas ocasiones por las deplorables condiciones en las que mantenía a los animales. Sin embargo, las denuncias no habían conseguido llegar a buen puerto. Ha sido la baja afluencia de público y las pérdidas económicas de la institución las que han acabado por precipitar su cierre.
Los zoológicos representan una visión obsoleta de la vida natural que bajo el pretexto de la educación no dejan de ser grandes negocios para quienes los gestionan. Los animales en cautividad desarrollan problemas de salud tanto físicos como psicológicos. No representan un modelo educativo realista y lanzan un terrible mensaje a la infancia: que es legítimo mantener encerrados de por vida a animales salvajes que deberían vivir en sus entornos naturales.