Los héroes que el planeta necesita lo están salvando desde el carrito del súper
La mayor amenaza que enfrenta la humanidad actualmente se resume en dos palabras: cambio climático.
La temperatura global de nuestra planeta sigue en aumento y conseguir mantener el calentamiento global dentro del “nivel de riesgo límite” de 2ºC representa todo un reto.
La variación de la temperatura dependerá en gran medida de la emisión de gases de efecto invernadero en las próximas décadas. Pero, lamentablemente, a pesar del inminente riesgo los gobiernos no están llevando a cabo acciones efectivas.
La razón principal de esta inercia es que la escasa conciencia pública sobre el tema hace que no exista sobre ellos una verdadera presión. Y es que en parte la opinión pública desconoce que la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en todo el planeta es la ganadería industrial.
Según la Organización Mundial de la Alimentación y Agricultura (FAO, en inglés), esta actividad es responsable del 14,5% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero si se suman todas las emisiones indirectas (de metano, uso de tierras y respiración del ganado) en realidad la ganadería industrial sería responsable de la emisión de 51% de los gases. Esto resulta alarmante si consideramos que la suma total de los gases emitidos por toda la industria mundial de transportes (coches, aviones y barcos incluidos) da como resultado solo el 22%.
Por si lo anterior no fuera suficiente, la ganadería industrial es también responsable del mayor derroche de agua potable y de deforestación de selvas. Literalmente, nuestro sistema de producción de alimentos está acabando con el planeta a pasos agigantados.
Desde 1960 el consumo de carne se ha multiplicado por cuatro y se espera que para el año 2050 este se multiplique por siete para satisfacer a una población humana de 9.600 millones.
Un estudio de la Universidad de Oxford que evaluó los efectos que cuatro tipos de dietas tienen sobre el medioambiente, reveló que una alimentación vegetariana puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 63%, y una vegana hasta un 70%.
De manera que el mensaje es claro: si queremos asegurar que el planeta sea un lugar habitable en las próximas décadas hay que comer menos carne y sustituirla por opciones saludables.
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Somos la generación a la cual le tocó vivir el episodio más crítico de la devastación del planeta y como consumidores tenemos la responsabilidad de tomar decisiones que contribuyan a resolver esta crisis global. Somos solo nosotros quienes, a través de los productos que decidamos echar dentro del carrito del supermercado, transformaremos el sistema de producción de alimentos y no al contrario. Y ahora, al saber que eres protagonista de un momento histórico en el cual se definirá el destino del mundo tal cual como hoy lo conocemos, ¿que decidirás hacer?