El cambio a una alimentación vegetal reduciría un 71% las emisiones en España
Según el informe Más Allá de la Carne, elaborado por ProVeg, comer menos productos animales disminuiría considerablemente el impacto medioambiental de cada español por su alimentación.
El cambio a una dieta vegana, es decir sin ningún alimento de origen animal, podría reducir las emisiones de gases contaminantes relacionadas con la alimentación en un 71% al ahorrar 62 millones de toneladas anuales de CO2, rebajar el impacto hídrico en un 36% y del uso de la tierra en un 62%.
Una semana sin consumir productos de origen animal supondría evitar las emisiones que se generan al conducir 100 km. Podría evitar un desperdicio de agua similar a tirar 500 veces de la cadena y preservar 40 m2 de bosque
El informe indica que la dieta típica española contiene actualmente un 35% de productos de origen animal. Si se redujera a la mitad la ingesta de esos alimentos se reduciría un 36% las emisiones, un 17% la huella hídrica y un 30% el uso de la tierra.
En el caso de la dieta vegetariana, si se impusiera en España supondría unas reducciones anuales del 53% en las emisiones de gases contaminantes, un 22% en el uso de agua y un 43% en el uso de metros cuadrados de tierra.
El impacto medioambiental anual de cada ciudadano español supone ahora unas emisiones equivalentes a cerca de 1.900 kilos de dióxido de carbono (CO2), una huella hídrica de alrededor de un millón de litros de agua y un uso de la tierra de alrededor de 3.400 metros cuadrados.
España es uno de los cuatro países del Mediterráneo con un mayor impacto medioambiental relacionado con la alimentación
Por otro lado, ProVeg subraya que la ganadería española emitió más de 86 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera en 2015 y es responsable del 94% de las emisiones de amoníaco a la atmósfera, al tiempo que añade que un 40% del impacto de las emisiones de la dieta española corresponden a la carne.
Sobre el consumo hídrico, recalca que la cría de animales en España requiere tanta agua como el conjunto de los hogares nacionales durante más de 20 años y que el volumen de agua contaminada por la cría de cerdos en 2015 hubiera bastado para llenar 66 piscinas olímpicas cada día durante un año.
Respecto al uso de la tierra, el informe indica que gran parte del suelo que se utiliza para cultivar alimentos destinados al consumo humano se dedica a la producción de cosechas para alimentar al ganado y que, según las últimas cifras disponibles, la tierra necesaria para producir piensos para la industria ganadera equivale al 77% del terreno disponible para la agricultura en el país.
«Este estudio se suma a la importante evidencia científica que relaciona alimentación y sostenibilidad. Priorizando la proteína vegetal frente a la animal, podemos mitigar en gran medida nuestro impacto medioambiental. Dada la emergencia climática actual, es vital que las instituciones gubernamentales fomenten la evolución hacia dietas más basadas en plantas» destaca Cristina Rodrigo, Directora de ProVeg en España.