El sello de bienestar creado por la industria porcina es una operación de marketing carente de mejoras para los animales
El sello “Compromiso Bienestar Certificado” creado por la propia INTERPORC, la Interprofesional del sector porcino, es una mera herramienta para limpiar su imagen frente a una sociedad cada vez más concienciada. Esta es la principal conclusión a la que llega el análisis del sello realizado por el veterinario Alfonso Senovilla.
Dicho informe, concluye que en el mejor de los casos los requerimientos para obtener el sello solo exigen a la industria cumplir la legislación actual, completamente obsoleta en materia de bienestar animal.
Para obtener el sello, creado por la propia industria para sí misma, basta con cumplir porcentajes sorprendentemente altos en situaciones que atentan contra el bienestar de los animales;
- Permite que el 20% de los animales padezcan dificultades respiratorias. Procesos neumónicos que generan un enorme sufrimiento a los cerdos.
- Otorga la máxima puntuación del sello a explotaciones con hasta un 5% de los animales con prolapsos rectales o uterinos.
- Permite la castración de los cerdos sin utilizar ningún tipo de anestesia o analgesia hasta los 7 días de vida.
- Acepta que el recorte de dientes, corte de rabo, castración, sean realizados por personal no veterinario.
- Permite el aturdimiento con CO2, que causa a los cerdos angustia severa durante entre 30 y 90 segundos. Una forma de aturdimiento que contradice los requerimientos incluso de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.
- No mejora el reglamento de transporte aprobado hace 15 años en cuanto a densidad y formación del personal encargado.
- Permite que las cerdas usadas para la reproducción pasen hasta 20 semanas, 5 meses al año, enjauladas. Una condición totalmente incompatible con algunos de los principios generales de bienestar animal como moverse con libertad y poder desarrollar comportamientos naturales.
Por todo ello, el análisis veterinario concluye que la obtención del sello no asegura que la explotación tenga en cuenta el bienestar de los animales. Siendo en la mayoría de los casos una simple transposición de la obsoleta legislación en vigor.
Recientemente desde INTERPORC aseguraban que el 60% del sector ya había logrado el sello y que en los próximo meses será el 90%. Cifras que ponen de manifiesto que este sello no requiere de ningún tipo de adaptación, ni esfuerzo o mejoría en materia de bienestar animal por parte de la industria.