Arte y animales muertos
En la pasada feria de ARCO (la feria internacional de arte contemporáneo de Madrid), que tuvo lugar del 9 al 13 de Febrero, expuso la artista ucraniana Nathalia Edenmont, una mujer que vive en Suecia y cuya especialidad es la fotografía. Pero esta fotógrafa encuentra mucho más rechazo a sus obras que la mayoría de quienes se consideran artistas, porque fotografía bodegones compuestos por animales no humanos muertos, que ella misma mata y secciona antes de cada sesión fotográfica. Muchos consideran que esta mujer no debe considerarse una artista, porque el arte no puede definirse en base al sufrimiento y la muerte de otras/os, ella en cambio piensa todo lo contrario que este hecho está justificado (la muerte y el sufrimiento de otras/os) en nombre del arte (siempre que estas/os no sean humanas/os, porque este es el único animal que jamás será víctima de la creatividad de Nathalia). Pero cabría pensar que el trabajo de esta artista no es “peor” que aquello que hace la mayor parte de la sociedad todos los días, es decir, utilizar a otras/os seres sintientes para su beneficio, y que no hay demasiadas diferencias entre matar a alguien en nombre del arte o del sabor. Nathatlia Edenmont es especista, de ello no hay duda, pero al igual que todas/os creció en una sociedad que discrimina a los demás animales y su obra es consecuencia de ello. ¿Es entonces más “culpable” que quienes venden, compran, degustan y en definitiva disfrutan de otros productos de origen animal?