Quieren matar a la orca que mató a una trabajadora de un parque acuático
Varios medios están señalando que la orca Tilikum -que mató a una trabajadora el pasado día 25 de febrero en el parque acuático Sea World de Florida- ya había matado anteriormente a otros humanos. Al parecer mató en 1999 a un hombre que se coló en estanque donde Tilikum y otras ballenas vivían recluidas y en 1991 mató a otra trabajadora en el parque Sealand of the Pacific, en Canadá.
El suceso ha generado una gran polémica en EEUU. La dirección del parque es partidaria de cambiar los protocolos de seguridad para seguir manteniendo a Tilikum en cautiverio, pero no son pocas las voces que piden que se la asesine. Sin embargo, muchas personas están diciendo que es injusto que se asesine a un animal por el simple hecho de seguir sus comportamientos naturales.
Tilikum es la orca en cautiverio más grande del mundo, con 4.478 kilos de peso y se ha pasado más de veinte años en cautiverio, obligada a realizar espectáculos para entretener a los visitantes de los parques donde ha vivido presa. Según Wikipedia:
La expectativa de vida de las orcas en cautiverio es muy baja en comparación con las que se encuentran en libertad. El encierro en grandes piletas les produce a estos animales continuos trastornos en su salud, patológicos (enfermedades) y psicológicos (depresiones), como así también modificaciones en su anatomía. La más notable de estas modificaciones es la pérdida de rigidez en su aleta dorsal. Esto puede ser debido en parte a la atrofiación del colágeno que mantiene erguida la aleta dorsal por la prolongada exposición al sol, y en parte también a la mala ejercitación de los músculos aletodorsales que sujetan y mantienen rígida la aleta.
Desde Igualdad Animal lamentamos las muertes de los seres humanos matados por Tilikum, pero nadie debe olvidar que esas muertes no se habrían producido si Tilikum fuese libre. Los demás animales son capaces de disfrutar de sus vidas y aunque no lo puedan expresar con palabras, es evidente que quieren hacerlo en libertad. Las orcas no quieren vivir recluidas en estanques ni quieren realizar espectáculos. Esperamos que no se produzcan más muertes de seres humanos pero también esperamos que empecemos de una vez a comprender que los demás animales merecen respeto y libertad.