El cuero de laboratorio podría ser una realidad en solo 5 años
Si se cumplen las expectativas, la producción a gran escala de cuero en laboratorio, mediante impresoras 3D, podría ser una realidad dentro de 5 años. En este sentido trabaja la empresa Modern Meadow, cuyo cofundador, Andras Forgacs, ha roto el silencio que rodeaba hasta el momento al proyecto para revelar algunos detalles:
«Nuestro primer objetivo es el cuero, no la carne», afirma Forgacs. «La razón principal es que, técnicamente, la piel es una estructura más sencilla que la carne, por lo que es más fácil producirla».
La compañía afirma querer aclimatar a sus potenciales clientes ante la idea de productos de ingeniería de tejidos, ya que todavía muchos consumidores recelan ante la idea de comer un producto generado a partir de esta maravilla tecnológica moderna. «Sin embargo, existe menos controversia en cuanto al uso de un cuero que no suponga la muerte de animales.»
Por ello, mientras se trabaja en la creación de cuero, se continúa investigando la posibilidad de crear carne de laboratorio. Modern Meadow no es el único grupo en busca de una solución a todos los problemas relacionados con la cría y matanza de animales para consumo humano.
Según el diario The Economist, la demanda mundial de carne se duplicará para el año 2050 debido a, entre otros factores, el imparable aumento de la población humana. Al margen del dilema ético que supone el consumo de animales para una sociedad que desea progresar moralmente, la falta de sostenibilidad medioambiental está llevando a diferentes laboratorios en el mundo entero a buscar alternativas a los productos de origen animal, lo cual puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte para miles de millones de animales en todo el planeta.
No sólo en laboratorios se producen alternativas nutritivas y deliciosas a los productos derivados de la explotación animal: existe todo un mercado de productos vegetales que se asemejan enormemente en cuanto a sabor y textura. Con respecto al factor nutricional, está sobradamente demostrado (y de hecho así lo afirma la Asociación Americana de Dietética y muchas otras entidades médicas nacionales e internacionales) que una dieta 100% vegetal puede cubrir las necesidades alimentarias de cualquier ser humano, independientemente de la fase de desarrollo o madurez en la que se encuentre: niños, ancianos y mujeres embarazadas.