Multa de 90 euros por ahorcar y arrastrar a un perro por la calle
Un juzgado de lo penal de Soria ha condenado a un vecino de greda por una falta de maltrato de animales cuando “sin motivo alguno, y con una crueldad innecesaria, mató al perro de su propiedad ahorcándolo con un cable de la luz y luego lo llevó arrastrándolo por la calle, tirando del cable, hasta el contenedor de basura”, según consta en la resolución. El fiscal y el propio asesino acordaron que la pena sería de 90 euros, 60 por matar al perro y 30 por los gastos de incineración. Según consideraron estos últimos, la vida del perro costaba el doble del precio de su incineración, y asesinarle era una “falta”, sancionándose tal y como manda la ley en estos casos, lo que es un claro indicador de la diferente consideración legal de ellas/os con respecto a nosotras/os. La brutalidad del asesinato y el total desprecio que mostró el asesino por su víctima ha causado cierto impacto por la estrecha relación que solemos tener con perros y gatos, a los que consideramos “mascotas”, con quienes convivimos, reconocemos como individuos con intereses, y respetamos en cierto grado -aunque normalmente no de manera igualitaria-. No sucede lo mismo en el caso de otros animales como los cerdos, los pollos o las vacas, quienes padecen una vida de confinamiento y privación, y cuyo asesinato es recompensado con el dinero de quienes compran sus músculos u otras partes de su cuerpo.