Se reconocen en juicio daños morales por la muerte de un perro
Un juez de Barcelona ha condenado a una mujer a indemnizar con 2.000 euros a los propietarios de Maxi, un perro de ocho meses de edad que murió después de que le mordiera el perro de la demandada, en una sentencia en la que se argumenta que el daño que sufren las personas que pierden a un ser querido “no tiene precio”. El juez de Primera Instancia número 32 de Barcelona estima así la demanda que presentó la familia de Maxi, quien murió el 27 de febrero de 2006, después de que otro perro le mordiera en el cuello hasta dejarle sin vida y “desgarrado” mientras paseaba por la playa Nova Icària de la capital catalana, según avanzó ‘El Punt’. La familia de Maxi reclamó a la propietaria del otro perro 4.000 euros en concepto de daños morales derivados de su muerte. La propietaria del otro perro consideraba que no debía abonar cantidad alguna en concepto de daño moral. Sin embargo, el juez le recuerda en su sentencia que “es evidente que el daño que sufren las personas que pierden a un ser querido va mucho más allá de la pérdida patrimonial que pueda representar para ellos”. “En realidad, no tiene precio”, añade. Según la sentencia, por tanto, “no hay dinero” para compensar a la demandante y a su familia, pero eso “no ha de servir como pretexto” para dejar de reconocer que hay una persona que debe responder de los daños morales causados, “aunque sea de modo simbólico”. Por ese motivo el juez ha decidido condenar a la propietaria del otro perro a indemnizar con 2.000 euros a la familia de Maxi. Fuente: 20minutos.es