Dos delfines mueren en un zoológico de Suiza tras ser drogados con opiáceos
El informe de toxicología realizado a dos delfines muertos en noviembre del año pasado en un zoológico de Connyland, en Suiza, concluye que la causa del fallecimiento se halla en la ingesta de un sustituto de la heroína.
Los dos delfines, llamados Shadow y Chelmers, murieron tras una lenta y dolorosa agonía, que duró más de una hora. «Cuando fuimos a empezar el entrenamiento de delfines notamos que le estaba pasando a Shadow lo mismo que le ocurrió a Chelmers. Iba a la deriva bajo el agua y estaba claramente en problemas, por lo que nos lanzamos al agua. Estaba temblando por todas partes y echaba espuma por la la boca. Pudimos sacarlo de la piscina y estaba con la lengua fuera, sin poder respirar. Le dimos adrenalina, pero no sirvió de nada», afirma uno de los trabajadores del zoológico.
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Los dos delfines murieron en un plazo de cinco días, después de que los propietarios del zoo organizaran una fiesta “rave” para miles de visitantes. En un primer momento se creyó que la causa de la muerte estaba en el extremo ruido de la fiesta y los antibióticos administrados por los veterinarios, considerando la fiscalía interponer cargos por negligencia. Pero ahora se ha filtrado información sobre otro informe realizado en su momento, en el cual se halló buprenorfina en la orina de los delfines.
El biólogo marino y experto en delfines, Cornelis van Elk afirma: «Los opiáceos son extremadamente peligrosos para los mamíferos marinos y nunca pueden ser utilizados en ningún tratamiento legal. La razón es que los delfines respiran conscientemente, lo que significa que son ellos quienes deciden cuándo salir a la superficie para respirar. Drogarlos con opiáceos puede causar que la parte de su cerebro encargada de avisarles de la necesidad de respirar, que funciona incluso mientras duermen de forma natural, se desactive, con consecuencias fatales.»