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Mi vida como investigador encubierto


Me llamo Sean y soy el director internacional de investigaciones de Igualdad Animal. A menudo me preguntan cómo es ser investigador. La gente quiere saber por qué lo hago y cómo he sido capaz de hacerlo durante tanto tiempo.

La verdad es que es todo lo que sé. He estado haciendo investigaciones encubiertas toda mi carrera profesional. 

Siempre me han interesado los animales y quise ser biólogo cuando era joven. Entonces me di cuenta de que tenía que ayudarlos directamente y hacer algo más que estudiarlos. Empecé visitando circos y zoológicos donde podía observar el maltrato que vivían y denunciarlo a los gobiernos municipales. 

A partir de ahí, pasé los siguientes 15 años trabajando de forma encubierta en granjas industriales y mataderos. Esta experiencia cambia tu perspectiva sobre el sufrimiento animal.

Solía pensar que los últimos momentos antes de la muerte en el matadero era la peor parte. Sin embargo, no estaba preparado para ver la profundidad del sufrimiento que los animales enfrentan cada minuto de cada día atrapados dentro de una granja industrial.

Cuando estoy dentro de una granjas industrial de pollos durante ocho o diez horas, acabo con los ojos rojos y la nariz sangrando debido al amoníaco del aire. Entonces te das cuenta de que los pollos padecen dolor constante, simplemente por el aire que respiran. Debido a que son criados para crecer tan rápido, desarrollan deformidades en las patas y tienen problemas para soportar su propio peso. Esto hace que les sea difícil o prácticamente imposible mantenerse en pie, por lo que se ven obligados a estar en contacto constante con la suciedad del suelo, lo que les ocasiona quemaduras en las patas y en la piel. A muchos se les deja morir y sus cuerpos pueden pasar desapercibidos durante días.

Como investigador encubierto, me veo obligado a superar mi respuesta natural al ver tal abuso. Esta situación te hace estar muy enfadado, pero sabes que reaccionar o tratar de intervenir no detendrá lo que está pasando. Si te arriesgas a exponerte, te pones en peligro a ti mismo y pierdes la oportunidad de capturar las pruebas que podrán hacer que esos abusos dejen de tener lugar. 

La ganadería es una industria enorme y poderosa con recursos ilimitados. El sistema encubre y normaliza la crueldad a gran escala. Por eso sabemos que no cambiará de la noche a la mañana. Por eso es tan importante que continuemos las investigaciones, país por país, y compañía por compañía. Esta industria gasta mucho dinero en marketing para decirle al público que sus productos provienen de animales felices en granjas idílicas. Tenemos que luchar contra este mito tan alejado de la realidad

Es un trabajo difícil, pero sigo adelante porque estamos acelerando el cambio. El público es más consciente y está más preocupado por el bienestar de los animales que nunca antes. Las empresas, cada vez más, se están comprometiendo con políticas de protección animal para estar alineados con estas demandas de los consumidores. 

Tu apoyo al trabajo de Igualdad Animal permite a mis equipos de investigación en todo el mundo continuar con nuestro trabajo en primera línea denunciando estos abusos. Esto me da la fuerza necesaria para no rendirme nunca.

Artículo escrito por Sean Thomas, director internacional de investigaciones de Igualdad Animal.


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