Seis meses de prisión por maltratar al perro con el que vivía
“No había visto nunca a un perro en esa situación“, declaró la veterinaria que atendió a Alejandro Magno tras la paliza sufrida a manos de Juan Antonio A., el pasado 13 de abril de 2010. Durante la vista celebrada ayer en Cádiz, la veterinaria describió ante la juez el estado en el que se encontró al animal:
“Tenía una herida abierta en la cabeza, que estaba inflamada, sangre en la boca y en las fosas nasales, un ojo destrozado, incisivos rotos y un agujero causado por un objeto punzante en el lomo. Además estaba desnutrido, plagado de pulgas y no se tenía en pie.”
“¿Diría que había sufrido una agresión bestial?”, le preguntó la fiscal.
“Ni siquiera un perro atropellado por un coche o que se ha caído de un tercer o cuarto piso llega en tan mal estado a la clínica. Ves a ese perro y sabes que nunca se te va a olvidar”, contestó la veterinaria.
José Antonio A. se negó ayer a declarar, aunque cuando sucedieron los hechos comentó a los policías que se personaron en el lugar que había pegado al perro “porque no le hacía caso”.
En su informe final, la fiscal del caso subrayó la “bestialidad” y “ensañamiento” con los que el imputado trató al can que estaba a su cuidado, pidiendo para él seis meses de prisión, dos años de inhabilitación para cualquier labor que requiera trato con otros animales y 530 euros de multa por un delito de maltrato animal. La acusación particular reclamó 18 meses de prisión, cuatro de inhabilitación e idéntica sanción económica.
Alejandro se encuentra actualmente recuperado de sus lesiones, aunque sufre secuelas. Perdió la visión de un ojo y tiene el cráneo parcialmente hundido. A veces, ante el acercamiento de un hombre, mete el rabo entre las patas y se orina.